Sunday, December 12, 2021

La muerte de mi padre. Unas pinceladas afectuosas y memoriosas de Emilio para Emilio el otro, el grande.

 

Unas pinceladas afectuosas y memoriosas de Emilio para Emilio el otro, el grande.


Jesús Emilio Restrepo Escobar (1929-08-25 / 2021-12-12) . Don Emilio, nuestro papá, fue un hombre bueno en el sentido amplio de la palabra. Nos dio la vida, nos guió con su ejemplo de responsabilidad, respeto y generosidad; fue leal a su familia y sus acciones fueron siempre coherentes y solidarias en un marco de mucho humor y una chispita de picardía en sus ojos que nunca lo abandonó. Y siempre con la música a su lado, como una banda sonora de su bondad. Y la lectura y las anécdotas de nunca acabar y el deleite de su autocontemplación en el espejito y en las fotos...Feliz partida Pá. Nos queda el resto de nuestra vida para recordarlo, agradecerle y regocijarnos con sus historias



(esto lo escribí en el lanzamiento de un libro sobre la familia Restrepo Escobar que hizo el primo Enrique Posada Restrepo en 2018. Tiene más vigencia afectiva que nunca)

Hemos contado con la fortuna de tener un papá completo y para rato, y lo digo con la autoridad que me da el saber que sus tres hijos llegamos y cruzamos la línea de los 50 años con él vivo y, por lo menos, al día de hoy, en buenas condiciones. Y ojalá así sea por muchos más y felices años.

Es un personaje muy especial, siempre atento, siempre solidario, siempre pendiente de su entorno y de su familia.

De pequeños, lo veíamos llegar cada 8 o 15 días cuando venía de Amagá, el pueblo en donde trabajaba en la Cooperativa de Caficultores (y donde nacimos Oscar y yo) como comprador de café, o donde nosotros íbamos a visitarlo para mantener activo el concepto de hogar que mi mamá siempre se empeñó en mantener. Me explico: cuando se casaron, por motivos del trabajo de él, mis padres se fueron a vivir a ese pueblo del suroeste antioqueño; allí nacimos los 2 hijos mayores, pero cuando cruzábamos el umbral de los 4 años, decidieron que lo más sano desde el punto de vista de influencias y educación era que mi mamá se trasteara con sus hijos para Medellín y que mi papá siguiera trabajando en la población, pues era un empleo bien pagado y en el cual se sentía cómodo y ejercía un pequeño reinado al que se le hacía difícil renunciar.  Entendámoslo, era el que compraba el producto principal en un pueblo cafetero, era el que movía el billete y eso le imprimía una especie de autoridad y liderazgo que lo hacía sentir confortable y respetado y tenía un séquito de patos y áulicos que lo sobaban y le secundaban todas sus travesuras y pilatunas, a las cuales era tan aficionado. Además, el pueblo ya nos estaba formando para el malevaje, yo ya me había escapado para la gallera en lugar de comprar la leche como me mandaron, hablaba de “El cabezón”, un matón de la época como el ídolo a imitar y ya había echado a rodar a un muchachito por unas escalas por pura bronca. Mi mamá entendió que, si no emigrábamos rápido de ese pueblo chico, infierno grande, con esa escuela de vida, nos esperaba con más probabilidad la cárcel que la universidad.

Le encantaba molestar bobos, poner apodos lapidarios, mandar razones mortificantes, ordenar encomiendas inútiles con intenciones imposibles, y ellos lo apoyaban y él se moría de la risa y se sentía feliz. Es algo simple pero eficaz: mandar un mensajero con una cajada de piedras al hombro hasta Medellín(pues le advertía que por su contenido no se podía separar ni un segundo de ella) para tratar de imaginarse la cara de sorpresa del destinatario y del encomendero mientras el pagaba por hacerlo y daba propina para amainar el enojo. O mandar un veterinario empírico, desdentado, maloliente y de genio endemoniado a Puente Iglesias a capar 300 marranos inexistentes que tenía en la hacienda tal (como efecto colateral, casi que el capado es él) o encargar 150 hojaldras de harina a una pobre vieja, vendedora ambulante que con dificultad apenas tenía capital para pagar el material de 20, como mucha gracia. Expresiones de un particular sentido del humor, políticamente incorrecto, que en estos tiempos le hubiera generado con seguridad problemas más serios que los simples pero merecidos madrazos que se ganó en la época. Mientras tanto, se chupaban una o dos botellas de aguardiente de cuenta de mi papá y ellos lo llevaban en hombros en severa algarabía hasta la casa para entregar el despojo, gritándole vivas al partido conservador y prometiendo matar a escupitazos al primer liberal que se encontraran en el camino.

Y le oíamos sus evocaciones de cuando prestó el servicio militar, o de cuando había conocido a Belisario Betancur y estrechado su mano(cosa que contaba entre lagrimones y otro trago de guaro doble brindado con Mario, su hermano)o de cuando se había ido para Estados Unidos de manera legal, para abrirle el camino del sueño americano al resto de la familia que le siguió y al cual renunció para asumir la promesa de matrimonio que tenía con mi mamá, quien no quiso seguirlo en su periplo y le puso el ultimátum(comiéndose las uñas por no saber qué era lo que él realmente quería hacer) de que, o volvía o terminaban, decisión que estas carnitas agradecen, porque de lo contrario no estaría contándoles el cuento. Muchas veces me tocó cuando les mostraba a sus interlocutores la Green card con su nombre que guarda celosamente hasta hoy como testimonio de una gesta gloriosa como emigrante, en una época en que de verdad era una novedad. Y la conserva, hasta hoy, junto a un pistolón de 6 tiros, con salvoconducto, un brillante revolver colt caballo 38, que hasta donde sepamos nunca tuvo que utilizar para salvaguardar el honor y la seguridad de su hogar, de su mujer y sus hijos, como era el lema con que justificaba su posesión.

Y todo eso mientras sonaban las rancheras como una banda sonora del mero macho que se envanecía de la victoria del día a día con una familia que henchía su pecho de un orgullo que lo colmaba de satisfacciones. Jorge Negrete y las Hermanas Padilla le recordaban a grito herido que “no le debía un peso a nadie” y que “estaba atascado en los billetes”, por ver la abundancia que bendecía a su hogar con un trabajo que nunca le faltó, con el carro lleno de costalados de frutas y revuelto, de gallinas y de quesitos envueltos en hoja de plátano que le regalaban por montones sus clientes cuando regresaba de sus correrías por fincas de todo el departamento, luego de practicar avalúos para autorizar préstamos hipotecarios, cuando trabajó en el Banco Cafetero hasta la jubilación. Era una fiesta verlo bajar del carro y organizar paquetes para compartir con los vecinos, haciendo gala de una generosidad que se hizo legendaria en el barrio. “Ese cucho don Emilio está solo para repartir mercado y embutirle a uno guaro”, decían los vecinos al otro día, consumidos por unas resacas feroces que amenazaban con hacer estallar sus cabezotas por el exceso de la noche anterior. Por gotereros y pegajosos.

Y teníamos que padecer sus flatulencias pestilentes o sus guerras de ventosidades con el tío Vicente, pistola de plástico en mano jugando a los pistoleros en el almacén Ley sin importarle la presencia de algunas recatadas vecinas que no podían creer lo que estaban viendo (y oliendo y oyendo), mientras sus sobrinas se escondían de la vergüenza y los sobrinos nos tirábamos al suelo asfixiados de la risa. Sigo sin entender cómo hacían para dominar el esfínter y expulsar un pedo a voluntad en diferentes tesituras y coloraturas o cómo eran capaces de tirarse una seguidilla de tres decenas de ellos para hacer “una treinta y una” o cómo no se les reventó una tripa ante ese maremágnum apestoso, o cómo diablos hacían sus esposas para compartir la cama con semejantes alcantarillas ambulantes y no morir en el intento o de una rabia maligna (¡qué cruz!, como repetían con frecuencia). Estamos considerando seriamente donar el cuerpo a la ciencia para que lo estudien y a así tratar de dilucidar semejante prodigio.

Y siempre, sobre todo cuando empezó a envejecer, con un delirio hipocondríaco que se le expresaba como un terror a la muerte que lo hacía consultar por cualquier cosa, una gripa que se podía convertir en neumonía, unos calambres en los pies que podían terminar en amputación, una peca que con seguridad era un melanoma. Y se antojaba de las enfermedades del otro, del vecino, del contemporáneo que se enfermaba para morirse, hasta un dolor en la matriz se le iba enquistando cuando una compañera de mi mamá se enfermó de dicha presa y hubo que explicarle que a los hombres no les daba de eso, simplemente porque carecían de dicho órgano, para desilusión suya, pues era una enfermedad menos que podía invocar y sufrir.

Ya en los últimos años, un poco más estabilizado y algo curado del prurito de estar consultando médicos y de empastillarse con hasta 30 grageas al día, logramos que un médico sensato lo desmedicara un poco y hoy goza del privilegio de una vejez tranquila, con menos achaques de los múltiples que lo llegaron a aquejar cuando parecía que necesitaba estar enfermo para sentirse vivo.  Hoy, ha superado la edad de supervivencia de todos sus hermanos, los ha enterrado a todos, ha visto enfermar y morir a muchos sobrinos estimados, ha visto partir a casi todos sus contemporáneos con una actitud resignada, ha sabido llevar con aplomo desaires y traiciones de parientes cercanos que han golpeado la confianza de sus hijos, porque ha sabido entender que la vida es así, que la muerte es inevitable, que la enfermedad y la decadencia no perdonan, que desde el paraíso ya la mitad de la humanidad estaba jugándole sucio a la otra mitad, pero él ahí, como un roble, atento a su familia, pendiente de las cuitas de sus hijos y nietos, viéndose a punta de caer por no perderse un chismecito, degustando con morbo risueño  las peleas abrumadoras de Laura en América, El Palenque y ¿Quién tiene la razón? y todo el resto de shows de miseria peruanos y mexicanos que pasan por los canales latinos, gozándose las visitas de sus nietos y sobrinos y esperando las elecciones para votar por su admirado Uribe, lamentándose de no poder hacerlo 5 ó 6 veces, porque eso sí, uribista hasta el final. Algún defecto tenía que tener.

En resumen, un hombre bueno y sencillo que nos entregó todo lo que tenía, que nos dio la vida y nos ha acompañado por ella con todo el amor y el compromiso, todo el ejemplo y la solidaridad de alguien que se merece el rótulo, con mayúsculas, de PADRE EJEMPLAR.

 

Coda: Emilio se casó con Gilma Baena, maestra licenciada en educación, con maestría en la materia; de su hogar nacieron tres hijos. Emilio Alberto, médico especializado en gineco-obstetricia y laparoscopia, casado con Martha Alcaraz, con 2 hijos, Camilo y Juanita, escritor de cerca de una docena de libros, entre cuentos, crónicas y novelas. Oscar Jaime, Ingeniero de Minas con Doctorado en materiales en España y Maestría en evaluación de impactos ambientales, profesor, autor e investigador,  casado con Susana Maya, con 2 hijos, Pablo y Sara. Olga Isabel, alma justa, Ingeniera Civil con especialización en combustibles gaseosos y maestría en materiales y procesos. Esta última es considerada la alegría del hogar.

Monday, November 22, 2021

FUTBOL Y LITERATURA: 5 MICROCUENTOS


 El fútbol y la literatura han tenido una relación muy estrecha. Muchos escritores los han tratado de manera conjunta a traves de los años. Aqúi reunimos 5 cuentos cortos  de Emilio Alberto Restrepo alusivos a este deporte, leídos para el canal de televisión @teledonmatías. En ellos se vive el ambiente barrial y nostálgico



Cuento La Gran Final 







Cuento Cobro Forzado 










Cuento Todo por el Fútbol








Cuento Clásico de Barrio



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CUENTO ¡AY, PAOLA!

En este aparte se pues escuchar el cuento, leído por el autor  el programa argentino ¡CULTURA Y ENTRETENIMIENTO! dirigido por  el periodista Marco Vela


https://go.ivoox.com/rf/100686809








Sunday, October 24, 2021

"Joaquín Tornado, un cínico que investiga el crimen en Medellín"

 

Joaquín Tornado, un cínico que investiga el crimen en Medellín

En la novela policiaca anglosajona, el crimen se resuelve. En la latinoamericana, el asesino no paga. ¿Cómo opera Tornado, el detective creado por Emilio Restrepo?

Por: Hernando Villa Garzón octubre 19, 2021
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2Orillas.
Foto: Pixabay
Joaquín Tornado, un cínico que investiga el crimen en Medellín

En Medellín se viene organizando desde 2010 el Congreso Internacional de Novela Negra para investigar la situación del crimen en la sociedad contemporánea y en nuestro país. Su director es el profesor Gustavo Forero Quintero y la sede es la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia. Este proyecto de Medellín Negro nació de la investigación del profesor Forero sobre la anomia en la novela de crímenes en nuestro contexto. En nuestro medio el crimen ha sido más fuerte que el Estado y que la sociedad.

 

Una síntesis de la teoría del profesor Gustavo Forero sería: En Colombia tenemos normas, Constitución, códigos, leyes y la gente sabe que existen, pero no se les hace el menor caso. La norma no se aplica. En la novela policiaca anglosajona, el crimen se resuelve: se descubre al asesino, lo meten a la cárcel y la justicia triunfa sobre los malos. En la novela latinoamericana también se resuelve el crimen, la diferencia está en que el asesino no paga sus culpas. No hay cárcel, no hay castigo, la justicia no funciona. Podría ser esto un reflejo de lo que pasa en nuestras sociedades.

 

Esa contundencia del crimen en nuestro medio llevó a que se dudara de la posibilidad de que acá pudiera surgir una novela policiaca o una saga de detectives como han existido en otros contextos. Muchas ciudades del mundo se hicieron célebres por el nombre de sus detectives reales o ficticios. Londres contó con la presencia de Sherlock Holmes y Hércules Poirot; París albergó a Augusto Dupin y al Comisario Maigret; Barcelona fue la sede principal de Pepe Carvallo, inventado por Manuel Vásquez Montalbán; La Habana es la ciudad donde Mario Conde investiga los crímenes que le narra Leonardo Padura y Río de Janeiro fue la sede de ese polémico policía Mandrake, creado por Rubem Fonseca. No podemos olvidar tampoco los policías de nuestra infancia, Mannix y el teniente Columbo, que como Philip Marlowe operaban en los Ángeles, Kojac en Nueva York o el teniente Mike Stone y el agente Steve Keller en las calles de San Francisco.

 

Pero contra las apuestas y los pronósticos de los teóricos de la literatura y la sociedad, Medellín tiene ya una saga de investigadores policiales. La editorial de la Universidad Pontificia Bolivariana viene publicando desde 2012 la serie Policías y bandidos que han inspirado la creación de estos particulares personajes. Verónica Villa creó a la detective Marina Grisales; John Saldarriaga se inventó al fiscal Oscar Rosado; José Guillermo “memo” Ánjel le dio vida a Rambert, que no opera en Medellín sino en Barcelona; Aurelio es el detective de Luis Fernando Macías y Emilio Restrepo creó al detective Joaquín Tornado.

 

Emilio Restrepo Baena es médico, especializado en Ginecoobstetricia, cultiva diversos géneros literarios como el cuento, la poesía, el ensayo, y pertenece a ese grupo de profesionales de la salud que se han interesado en Antioquia por el arte y la literatura. Manuel Uribe Ángel, geógrafo e historiador; Jorge Franco, que creará un personaje emblemático con Hildebrando ha dejado de beber; Héctor Abad Gómez, columnista y escritor de textos sobre salud pública; Mario Melguizo, novelista, biógrafo, historiador, y Gilberto Martínez, uno de nuestros más célebres dramaturgos.

El personaje creado por Restrepo es un hombre solitario, aficionado al bajo mundo, nacido y crecido en un barrio popular, en medio de maleantes y de la aguda astucia de las males artes, cínico, sarcástico, al borde del infarto, siempre saliendo de un guayabo eterno, con alcances de dinero, obsesionado con las chicas prepago voluptuosas que le ofrecen sus servicio; cuando los turistas extranjeros dejan el cupo libre, en esta ciudad que conoce al dedillo y donde todo puede pasar.

 

Ciudad de estafadores, falsificadores de moneda, de ropa de marca, la ciudad que más gasta en perfumes, falsificadores de lotería, documentos, capital de la piratería de libros, películas, discos, programas de computador, drogas legales e ilegales, contrabandistas, brujos ligadores de amantes y maridos remilgados, monumentos a la virgen de los sicarios, sicarios, jíbaros, lavaperros, narcos, oficinas , oficinas de cobro, casinos, burdeles, proxenetas, tratantes de blancas, tramitadores de todo, embaucadores, corruptos, ladrones de cuello blanco, clérigos enfriadores de dineros calientes, practicantes de abortos clandestinos, traidores, mendigos, paracos, extorsionistas, saltimbanquis, mecenas, misántropos, filántropos, capital mundial de la silicona, futuro valle del software, la ciudad más innovadora del mundo, meca del cine de autor, tumba de Rosario Tijeras, cuyo autor dijera “que esta ciudad es como esas matronas de antaño, llena de hijos, rezandera, piadosa y posesiva, pero también es madre seductora, puta, exuberante y fulgurosa. El que se va vuelve, el que reniega se retracta, el que la insulta se disculpa y el que la agradece las paga. Algo muy extraño nos sucede con ella porque a pesar del miedo que nos mete, de las ganas de largarnos que todos alguna vez hemos tenido, a pesar de haberla matado muchas veces, Medellín siempre termina ganando”.

La apuesta de Emilio Restrepo es dar cuenta de otra Medellín, diversa, compleja, misteriosa, desconocida, azarosa, y así lo ha mostrado en las siete novelas policiacas publicadas hasta ahora, donde el personaje es Joaquín Tornado: El asunto miccional y otros casos de Joaquín Tornado; Nos vemos en el infierno, mon amour; El abrazo de la viuda Negra; Después de Isabel, el infierno; ¿Alguien ha visto el entierro de un chino? Joaquín Tornado, detective; y el más reciente El expediente Monaguillo. Con el conocimiento que le permite su práctica médica, Restrepo nos describe de manera descarnada, precisa, detallada, las circunstancias de los crímenes, el abuso, las trampas, los recursos de los victimarios, pero también con conocimiento y sensibilidad se adentra en el alma, las coartadas, las razones y sentimientos humanos para convertirse en delincuentes, transgresores o vengadores.

Ciertamente, Joaquín Tornado no tiene el abolengo de Dupin, Holmes o Guillermo de Baskerville, pertenecientes a ilustres familias, poseedores de una excepcional capacidad de raciocinio, competencias lógicas y filosóficas; Tornado no es como Holmes, el inventor de una nueva forma de pensamiento, la abducción; no es como Brown que quiere la conversión del asesino, o como Poirot y Maigret que comprenden la psicología del delincuente y buscan su curación. El método de Tornado es la supervivencia, su filosofía proviene de la alcantarilla, es detective no por su talento excepcional sino porque no hay más. Mientras tanto. Joaquín Tornado no tiene el garbo de un Carvalho ni su capacidad enológica, tampoco un círculo social protector que lo alimenta y aconseja como a Mario Conde; se acerca a la suciedad de Mandrake en el conocimiento de la calle, pero este es un profesional, un abogado, un gourmet.

 

Muy lejos está Tornado de un Philiph Marlowe que protagonizara el divo Humphrey Bogart. Tornado es un chirrete, casi no lo pulen un día que lo querían volver un agente encubierto. Tornado es un moscorrofio, su mayor virtud es el anonimato, pasar desapercibido. Tornado por principio trabaja solo, pero ha ido incorporando dos colaboradores, la Gorda Caro, que presume de su belleza y talento y Capetillo, el costeñífero, hacker y soplón. No obstante, Tornado conoce a medio Medellín, de todos los mundos y de todos los estratos. Se lo puede encontrar cerca a ese inhóspito lugar del poder público en Medellín que es el centro administrativo La Alpujarra, a veces en compañía de su viejo amigo el fiscal Agustín Restrepo, hombre de malas pulgas que parece a toda hora con ataque de hemorroides salpicadas de jalapeño en supositorios de crema de tabasco. Sin embargo, es su confidente y su polo a tierra.

Ya son muchos los que confían en la capacidad investigativa de Joaquín Tornado, esperemos que de nuevo la literatura le pueda dar un ejemplo a la realidad y que al menos en esta podamos aspirar a que los delincuentes, corruptos y criminales puedan tener una parte de su merecido. O al menos que las víctimas puedan lograr algo de justicia, así esta no se obtenga por la intervención de los estrados judiciales sino por la astucia detectivesca del olfato de cloaca que acompaña a Joaquín Tornado.

Tomado de: https://www.las2orillas.co/joaquin-tornado-un-cinico-que-investiga-el-crimen-en-medellin/

Thursday, September 30, 2021

RESEÑAS LITERARIAS, ESTUDIOS CRÍTICOS ANÁLISIS LITERARIOS Y ACADÉMICOS DE ALGUNOS LIBROS

 

RESEÑAS LITERARIAS, ESTUDIOS CRÍTICOS ANÁLISIS LITERARIOS Y ACADÉMICOS DE ALGUNOS LIBROS

Un resumen de los diferentes estudios, reseñas y análisis que se han hecho sobre mis libros. 

Los links remiten al artículo.

PORNO

https://emiliorestrepo.blogspot.com/2022/01/bitacora-del-escritor-algunas-notas.html

https://emiliorestrepo.blogspot.com/2022/01/porno-analisis-presentacion-y.html

https://www.las2orillas.co/bitacora-de-un-escritor-algunas-notas-tecnicas-sobre-mi-cuento-porno/


GAMBERROS S.A.

 https://revistacronopio.com/la-sociedad-anonima-de-los-gamberros-gilmer-mesa/ 

https://emiliorestrepo.blogspot.com/2018/01/resena-de-gamberros-s-por-orlando.html

https://revistas.udea.edu.co/index.php/revistaudea/article/view/327609/20784682

https://www.elcolombiano.com/cultura/pillos-encarcelados-en-tinta-y-papel-DA5244764

https://emiliorestrepo.blogspot.com/search/label/Gamberros%20S.A.


Y NOS ROBARON LA CLÍNICA

https://www.librosyletras.com/2018/05/resena-y-nos-robaron-la-clinica.html

https://www.youtube.com/watch?v=onGdepAeqUw

https://emiliorestrepo.blogspot.com/search/label/Y%20NOS%20ROBARON%20LA%20CL%C3%8DNICA

 

JOAQUÍN TORNADO, DETECTIVE LITERARIO

https://alponiente.com/el-esquema-del-viaje-del-heroe-en-la-novela-musica-de-buitres-de-emilio-alberto-restrepo/

https://laterales.com/literatura/el-expediente-monaguillo-y-la-madurez-de-emilio-alberto-restrepo-como-escritor-de-novela-negra/

https://revistacronopio.com/joaquin-tornado-detective-literario-un-recorrido-por-la-obra-de-este-personaje-de-emilio-alberto-restrepo-luis-fernando-macias/

http://otrolunes.com/50/el-esquema-del-viaje-del-heroe-en-la-novela-musica-de-buitres-de-emilio-alberto-restrepo/

https://alponiente.com/el-esquema-del-viaje-del-heroe-en-la-novela-musica-de-buitres-de-emilio-alberto-restrepo/

https://laterales.com/literatura/el-abrazo-de-la-viuda-negra/?fbclid=IwAR20mevuxQf1Wwy4tvi431rGXTwYtjhG1LgyO-m0A6oKdsuyXyszD6gcwoM

https://esteros.org/2019/10/30/el-primo-y-el-timo-emilio-alberto-restrepo/

http://joaquin-tornado-detective.blogspot.com/search/label/Henry%20Amariles%20Mej%C3%ADa    

https://www.academia.edu/36767387/Joaqu%C3%ADn_Tornado_un_detective_muy_criollo.docx  )

https://www.librosyletras.com/2015/11/joaquin-tornado-es-el-detective-creado.html

https://www.las2orillas.co/joaquin-tornado-un-cinico-que-investiga-el-crimen-en-medellin/ 


DESPUES DE ISABEL, EL INFIERNO/¿ALGUIEN HA VISTO EL ENTIERRO DE UN CHINO?

https://emiliorestrepo.blogspot.com/2013/01/resenas-de-las-novelas-negras.html


ENTRE EL MIEDO Y EL MAL (EL GENERO NEGRO EN LA POESÍA COLOMBIANA)

http://fer.uniremington.edu.co/ojs/index.php/RHS/article/view/248/pdf

https://www.las2orillas.co/entre-el-miedo-y-el-mal-el-genero-negro-en-la-poesia-colombiana/

https://emiliorestrepo.blogspot.com/search/label/Entre%20el%20miedo%20y%20el%20mal

https://www.librosyletras.com/2014/09/la-poesia-en-el-genero-negro.html

https://www.universocentro.com/NUMERO58/Entreelmiedoyelmal.aspx

 

20 ESCRITORES COLOMBIANOS NOS REVELAN SUS SECRETOS DE CREACION

 

https://emiliorestrepo.blogspot.com/search/label/20

 http://elblogdeloslagartijos.blogspot.com/2020/09/secretos-de-creacion-literaria-de.html

https://laterales.com/literatura/los-secretos-creacion-escritores-colombianos/

https://librosparapensar.com/orcasas%e2%80%8c-%e2%80%8csobre%e2%80%8c-%e2%80%8c20%e2%80%8c-%e2%80%8cescritores%e2%80%8c-%e2%80%8c/


UN HOMBRE SOLO Y MAL ACOMPAÑADO


https://letralia.com/lecturas/2021/06/24/un-hombre-solo-y-mal-acompanado-de-emilio-alberto-restrepo-la-unidad-residencial-un-nuevo-microcosmos-urbano-rescatado-para-la-literatura/

https://letralia.com/recomendamos/2021/06/06/un-hombre-solo-y-mal-acompanado-de-emilio-alberto-restrepo/

https://letralia.com/entrevistas/2021/06/30/emilio-alberto-restrepo/

https://revistacronopio.com/un-hombre-solo-y-mal-acompanado-wilson-mendoza-literatura-pandemia-covid-conjunto-residencial-medellin-cuentos-relatos-emilio-alberto-restrepo-grammata-ediciones/

Thursday, August 12, 2021

Entrevista para el programa Contar para Editar #65 Emilio Restrepo

 

Contar para Editar #65 Emilio Restrepo

Contar para Editar #65 Emilio Restrepo







Programa emitido el 24/03/2021 conversación sostenida con los comunicadores JUAN CARLOS RODAS (editor de la editorial UPB) y Marcela Builes

Wednesday, August 04, 2021

EMILIO ALBERTO RESTREPO en conversación con el escritor LUIS FERNANDO MACÍAS para Teleantioquia, la serie #CapituloAparte.

Capítulo Aparte | Emilio Restrepo | Teleantioquia

 

#TeleantioquiaEmociona


Fecha de estreno: 1 ago 2021

El médico y escritor EMILIO ALBERTO RESTREPO habló de su trayectoria literaria, de las influencias, de la creación de personajes, de sus libros, etc. en esta entrevista literaria en conversación con el escritor LUIS FERNANDO MACÍAS. Fue grabada para Teleantioquia como un episodio de la serie #CapituloAparte. Una buena forma de estimular el talento local y dar a conocer a los escritores antioqueños









https://www.youtube.com/watch?v=yKfYAJmiFxk&list=PLxb2lyp0lZCTvZ1rNrPr30Kxwtebgr5_P&index=1


A proósito de la entrevista, el escritor e historiador ORLANDO RAMIREZ CASAS-ORCASAS-, comentó:


Orcasas Orlando

08:19 (hace 2 horas)
para Ramírez-Casas, Cco:
Hola, jóvenes:

 

El TV Canal regional Tele Antioquia transmitió el domingo 1° 

de agosto de 2021 a las 6 pm. el programa Capítulo Aparte 

con la entrevista que el escritor Luis Fernando Macías Zuluaga

 le hizo al médico ginecobstetra y escritor Emilio Alberto 

Restrepo Baena.

 

Sobresale esta entrevista, a mi modo de ver, por varios

 aspectos a destacar.

 

La calidad de producción de los programas de este canal 

es de un gran profesionalismo, y diría yo que en ese sentido

 lidera la ristra de canales regionales, locales, comunales,

 parroquiales, y hasta de esquina que suelen atravesarse

 en mi camino. Es un canal con varias décadas de antigüedad

 que logró permear el monopolio de sintonía que tenían

 los dos principales canales de cubrimiento nacional, y abrió

 el camino para que otros canales “disidentes” mordieran 

también la franja de sintonía y captaran un trozo del ponqué.

 Más tendría que decir sobre este canal, y también sobre el

 excelente canal Tele Medellín, pero me saldría de enfoque 

del motivo de este correo.

 

En segundo lugar, en la entrevista es notoria la habilidad 

del entrevistador, y los detallados conocimientos que tiene

 de la obra del entrevistado. Esto es crucial a la hora de

 formular las preguntas pertinentes. Aquí la palabra 

pertinentes no es gratuita, porque he visto entrevistas 

de periodistas en ciernes, con diploma o sin diploma, 

cuyas preguntas pueden tildarse de flojas, vacías, 

improvisadas, y hasta impertinentes, que no vienen al 

caso. Pongo un ejemplo: 

Sacaron a uno de los mineros sepultados en el derrumbe

 de una mina, y los paramédicos le ponían una máscara

 de oxígeno mientras lo subían en la camilla de una 

ambulancia para llevarlo rumbo al hospital. La reportera

 de turno, una prestigiosa periodista radial y de televisión,

 le metió al paciente un micrófono entre la boca con la

 pregunta: “¿Qué sintió usted cuando vio llegar a los 

rescatistas?”. Muy respetuoso me pareció el entrevistado 

cuando apenas blanqueó los ojos y sólo alcanzó a balbucir

 un agónico Aaaaggggh. En mi caso, la habría mandado

 para el carajo. Casos de esos se ven por montones. 

El profesor Macías, por el contrario, hizo preguntas muy 

venidas al caso sin sucumbir a la tentación de otros 

entrevistadores cuyas preguntas son tan largas y cargadas 

de erudición que el tiempo que queda disponible para 

el entrevistado –“lástima  que el tiempo en televisión sea tan 

corto”, oigo decir– apenas alcanza para decir sí o no, 

como recomendaba el padre Astete.

 

Y luego está el médico Emilio Alberto, cuya sencillez y 

coloquialidad de trato se salen de los moldes doctoprofesorales

 de algunas eminencias que a duras penas se comunican con

 inclinaciones de cabeza y balbuceos cortantes. Los pacientes

 de esos médicos se sienten como en audiencia ante el Santo

 Papa. No así el médico Emilio Alberto que, para decirlo de 

una vez, ¡Es un bacán! No quiero decir que él se ponga a

 contar chistes o a hacer bromas mientras practica una 

cirugía. No, eso no, ni más faltaba. Sino que uno siente que 

estando con él las barreras se diluyen y a quien uno tiene 

al lado es un amigo. No está por demás decir que esta 

es una actitud que genera empatía, simpatía. Esta 

característica es una inmensa ventaja para el entrevistador

 que sabe que a este entrevistado no va a tener que sacarle

 las palabras con ganzúa. Todo lo contrario. El médico Emilio

 prende empujado, y no ha terminado el entrevistador de 

hacer la presentación cuando ya se deja venir con una 

chorrera de explicaciones para el oyente de cuáles son sus

 obras, cuáles son sus características, en qué circunstancias

 se escribieron, en qué se inspiraron, todo con un orden 

articulado y sin titubeos de expresión que hacen que en su 

caso la dificultad estribe en encontrar espacio para los cortes

 de comerciales. Casos he visto en que un entrevistado se 

queda sin palabras y el entrevistador por debajo de la mesa

 hace señas de tijera con los dedos a los camarógrafos para 

que los productores hagan el corte y poder alinear a su 

personaje sacándolo del embrollo. ¿A dónde condujo la 

entrevista del profesor Luis Fernando al médico Restrepo?

 A que esa hora se me fue en un suspiro, y cuando se terminó 

la entrevista sentí que yo quedaba con ganas de más; y, 

sobre todo, con ganas de leer esos libros que allí se

 mencionaban y que de alguna manera él hizo ver que 

estaban relacionados unos con otros. Yo he leído varios de

 sus libros y sé que él escribe tan agradable como conversa,

 o que conversa tan agradable como escribe. No dudo en 

recomendarlo sea como entrevistado, sea como médico, 

sea como escritor, o sea como conversador. 

Con él no hay pérdida.

 

ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)

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