Friday, May 20, 2022

REPORTAJE RADIAL: Historias de crímenes de médicos, por el ginecobstetra paisa Emilio Restrepo Baena

Un reportaje radial con el periodista JULIAN PARRA de NOCTURNA RCN en donde hablamos de historias médicas, crímenes, leyendas urbanas, aspectos sociales. En resumen, de dónde saca las ideas un médico escritor. Para escuchar, HAGA CLIC EN PLAY, en la primera imagen

 

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Comentario:


Orlando Ramírez Casas

03:01 (hace 19 horas)
para Ramírez-Casas, Cco:

Hola, jóvenes:

 

Siento por el médico ginecobstetra Emilio Alberto 

Restrepo Baena una gran simpatía, e indudable afecto, 

pues hace muchos años nos unió la circunstancia de ser 

escritores y de tener escritos sobre el barrio de Belén 

de su niñez y de mi temprana juventud. No bastan 

estas dos cosas para generar una amistad, y a nuestras 

afinidades se suma su gran simpatía y la particularidad 

de ser un contador de historias de no te lo puedo creer

 al punto que no sabe uno si es mejor leerlo, o si es 

mejor oírlo. Es un mago que saca historias de la faltriquera 

como en un inacabable cuento de las mil y una noches.

 

Con estos antecedentes, entenderán ustedes que al recibir 

un correo suyo participándome de una entrevista que el 

periodista Julián Parra le hizo para el programa Nocturna,

 de RCN, acogí con agrado su sugerencia de compartir 

con mis lectores esa entrevista que promociona el último 

de los libros de una trilogía sobre asuntos de la medicina, 

o más bien marginales al ejercicio de la medicina. 

Veintiún libros lleva publicados este médico escritor, 

y todos los años nos sorprende con uno o dos nuevos 

de su prolífica producción.

 

Esta entrevista tiene 65 minutos de duración, y está 

compuesta de dos partes que son a cada cuál más interesante:


1-        Por llevar más de 30 años vinculado al municipio de 

Envigado en el Valle de Aburrá contiguo a Medellín, 

específicamente en el ejercicio de la medicina ginecobstétrica

 en el Hospital Manuel Uribe Ángel de esa población, vivió 

de cerca y fue testigo de las ominosas décadas del imperio 

del narcotráfico en ese lugar, que trajeron muchos desmanes

 pero también ejecutorias de desarrollo urbano que marcaron

 un hito en la calidad de vida de los lugareños. Ese es un

 tema que algunos abordan con una doble moral de repudio 

a grito herido, y otros abordan como los avestruces con un 

manto de silencio como si lo que no se nombra simplemente 

no existe. Cualquiera de los dos extremos es una negación,

 y el médico habla del asunto con propiedad, con facilidad 

de palabra, pero sobre todo con ecuanimidad diciéndole 

al pan pan y al vino vino. Esta parte de la entrevista consume 

los primeros 25 minutos.


2-        En los siguientes 40 minutos el médico Restrepo habla de

 sus libros, y en particular del último, haciendo lo que los 

mercaderistas llaman una degustación de su producto 

consistente en tres bocados o anticipos de lo que los lectores

 encontrarán en ese libro. Son tres historias reales de 

sucesos de los que fue testigo o se enteró por terceros, a los 

que puede aplicarse aquello de que la realidad es más extraña

 que la ficción. Los sucesos son reales, pero la forma que 

tiene el médico de contarlos es verdaderamente una fantasía 

porque lo deja a uno con ganas de más.

 

https://www.spreaker.com/user/rcnradiocolombia/entrevista-historias-crimenes-medicos


Wednesday, May 18, 2022

COCOBONGO en Cancún, una experiencia de otro orden

 

DISCOTECA COCOBONGO en Cancún, una experiencia de otro orden




En lo personal, no soy muy amigo del baile, no nací muy dotado para el ejercicio de la danza y mas allá de un porro(de los bailables) o una cumbia sencilla, o un clásico del “chucu-chucu” que no precise vueltas ni adornos estilísticos, paso por un bailarín poco menos que del montón. No domino ni las coloraturas ni las coreografías, mucho menos los alardes de los descaderados que parecen flotar sin apenas rozar el piso o asumen el baile como un cortejo que remeda una cópula en su más estética y coqueta aproximación.

Y con las discotecas como sitio de encuentro para el ejercicio del entretenimiento, he tenido una relación ambigua, pues lo que me pudiera atraer, el ambiente festivo y el jolgorio que enmarcan una disposición para la alegría, se me diluye más temprano que tarde por la sobrecarga, el machacamiento de los ritmos modernos que no encuentran receptividad en mis tímpanos un tanto delicados(que hasta el rock setentero lo escuchan a volúmenes moderados), y el abuso de ritmos que van en otro sendero al de mi generación y son poco compatibles con ella, como la música electrónica(el “chispum”) y el reguetón. Ah, y no poder conversar y, si se hace, tener que estar a los gritos.

Por eso quería relatar mi experiencia en la discoteca Coco-Bongo, de Cancún, pues merece un capítulo aparte.

En primer lugar, al principio estaba un tanto reacio a ir. El grupo familiar con que andaba lo tenía claro, sin embargo yo sentía que no me interesaba, que no tenía nada qué hacer allí, pero reconozco que en realidad no lo conocía y que lo que había de puertas para adentro obedecía al concepto tradicional discotequero que se estila en nuestro medio. ERROR, nada qué ver con el asunto. Al final me animé a ir, un tanto desganado, algo aburrido ante la perspectiva de quedarme solo en un hotel sin tener mucho con qué entretenerme, y, lo confieso, para no parecer como un amargado aguafiestas ante el animado grupo familiar.

Porque lo que descubrí, me llamó la atención. El concepto de entretenimiento en este sitio es temático, coreografiado, sistemático y obedece a una total programación que no descuida el detalle y tiene una milimetría minuciosa, en función total del confort y la diversión. Cada dólar allí pagado se refleja en endorfinas, en adrenalina y en serotonina, que el asistente agradece y disfruta durante cada uno de los minutos que componen las 6 o 7 horas que dura el espectáculo. Nada es improvisado, todo es programado.

Explico brevemente:

Luego de entrar bajo una logística impecable en medio de las medidas de seguridad más rigurosas(en un país fuertemente atacado por la violencia y el desmadre del narcotráfico), ocupamos nuestro palco y de inmediato un mesero diligente y muy amable, que no parece detenerse nunca, lo que me hace pensar que además de la propina, por supuesto, lo que lo motiva es el servicio, el licor ilimitado circula al ritmo de las gargantas de los comensales: “Si quieres mucho se te tiene, mi cuate, si estás medido, estamos para servirte, guey, puedes tomar las sodas que quieras.”

Y se cuidan mucho de que no se consuman drogas en los baños, que no ingresen camellos a ofrecer productos no autorizados, que los borrachitos mantengan sus impulsos dentro de lo razonable, sin peleas o desmanes. Todos tranquilos en lo suyo, rumbeados, pero sin desorden que incomode u ofenda a los que tienen al lado.

Las luces se apagan, una pantalla gigante se ilumina y aparecen, en un inesperado viaje al pasado, los Rolling Stones a todo volumen, en un collage perfecto de sus mejores riffs, con Jagger en sus mejores épocas y unas escenas sicodélicas que inundan de luces y color el escenario. Por cierto, la estructura es una especie de cuadrado central, rodeado de palcos y graderías y en uno de los lados un escenario gigante. Y luces, laser, serpentina, glóbitos y confetti por todas partes; y humo y explosiones y pese a la potencia de los decibeles, el sonido es perfecto, se entiende el fraseo de las canciones, ninguna parece durar mucho, casi todas son fragmentos que empatan unos con otros en una onda mas bien retro sin dar pausas ni permitir el reposo.




Después de sus satánicas majestades circulan intercalados los grandes clásicos de los 70s, 80s y 90s (Bon Jovi, AC/DC, Madonna, Guns N' Roses, Cindy Lauper, todos, uno tras otro, los discotequeros, los reguetoneros, el merengue, Carlos Vives, Shakira, J Balvin, todos hacen su aporte a este mosaico imposible de ritmo, movimiento y amplificación, perfectamente acoplado con las dos pantallas gigantes). Cada cierto tiempo, una de ellas se enfoca en el público para mostrar a la más linda, a la más caderona, a la más tetona, a la más gorda, a la que mejor se mueve, al más descoordinado, al gringo más tieso, al oriental más frenético, al negrito más alborotado, todos tienen allí su cuarto de hora y son estrellas de la pantalla por unos pocos minutos, en el cual el público los chifla, o los aplaude o los piropea, mientras el espontáneo se da vitrina en un balcón preparado para su lucimiento o en el foso de la infamia, rodeado por una pasarela en donde se muestran las mejores pintas o los bailes más atrevidos. Y no faltan los primeros planos de tangas imposibles o de cuerpos que denotan la ausencia de ellas, en medio de los chiflidos y las risas del respetable.

Pero cada cierto tiempo aparece el arte. Siguiendo la estética del comic, surgen personajes, serios unos(Games of Trones, Batman, Spider man, 300) y bufos otros(The Mask, Bettlejuice y los infaltables enanos, eso sí, histriónicos y bien capacitados para el humor efectivo, no como muchos grotescos esperpentos que hacen el ridículo en muchos antros locales.) Son malabaristas que a la manera del Circo del Sol hacen complejos bailes aéreos, acrobacias extremas que extraen gritos de susto y asombro de la concurrencia, mientras rozan por pocos centímetros las cabezas que minutos antes se movían por la música y ahora permanecen lelas, puestos todos sus sentidos hacia la parte alta, en donde los artistas se juegan la vida en ello. Se queda uno sin palabras, pues en realidad son artistas sincronizados que hacen un bellísimo espectáculo lleno de vértigo y precisión estilística. Todo en ellos es fuerza, armonía y sincronización con columpios que se entrecruzan y telas rojas que amenazan en todo momento con dejarlos caer y volverse trizas, pues no tiene red de seguridad que amortigüe la caída que se espera a cada segundo.







Y todo lo anterior se alterna con los imitadores, que, con un estricto casting y un riguroso sentido de la estética y los manierismos originales, toman el papel, mejor dicho, se personifican en sus representados. Es alucinante reencontrarse con KISS, con Freddy Mercury, con Michael Jackson, Abba, Lady Gaga.












Ya después de las 5 horas, que se acaba el espectáculo, aparece la música, para los que quieren exclusivamente bailar. Ahí sí se asemeja a una disco convencional y pierde mucho del valor agregado que la convierte en un destino excepcional para turistas. En ese momento decidí retornar al hotel, con una buena dosis de licor en mi cuerpo y los ecos del sonido aun resonando en mis oídos. Pero muy satisfecho por haber conocido una experiencia lúdica de la cual no tenía noticias y que no sabía que tendría la oportunidad de disfrutar. Un buen sueño y al otro día caldo de pollo, frutas, líquido por montones y una siesta a la sombra de la piscina se encargaron de ponerme otra vez en mi punto y animarme a contarles esta experiencia.

Muy recomendada, muy entretenida, cada dólar se disfruta con creces.



Tuesday, May 03, 2022

UN ESCRITOR ADOPTADO

Hay una costumbre en las instituciones de la ciudad de "adoptar un autor", es decir, hacerlo suyo por una jornada, estudiar su obra, hacerle una presentación, conocer detalles de su vida y de la forma como elabora sus libros, mientras repasan anecdotas y se extraen enseñanzas que puedan ser útiles para los estudiantes en formación.




Es un ritual muy emotivo y entusiasta.

Hacen afiches, carteleras, fotocopian las carátulas de los libros, hay conferencias magistrales, sección de preguntas, acercamientos individuales, intercambio de correos y números de teléfonos y hasta entrega de manuscritos de los muchachos con originales para ser revisados por el autor. 




Y no faltan los piropos y las noticas de jóvenes fans que declaran su admiración y aprecio por el veterano, algo ya exótico a estas edades.



Eso me pasó a mí el 11 de marzo de 2022 que tuve esa bella experiencia: fui ESCRITOR ADOPTADO del Liceo San Pablo de Manrique. Hablamos de barrio, de historias, de diseñar y cumplir sueños, de libros, de cómo se cuenta un cuento.





Lo mas simpático: más de 500 copias piratas de mi novela EL PABELLON DE LA MANDRAGORA. (los estudiantes la compraron a $5000)

Muy enriquecedor para mí como escritor, como ciudadano, como docente.



Las 2 cosas, el fervor con que me leyeron y acogieron y el honor de ser pirateado, me hicieron sentir graduado como escritor.


Muchas gracias, valoro mucho haber tenido esa oportunidad. En otra conferencia cuento la anécdota completa