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Saturday, May 27, 2023

CONVERSACIONES ENTRE ESCRITORES



HABLEMOS DE LITERATURA CON ESCRITORES

Conversaciones entre escritores

En esta sección se reunen grabaciones diversas del autor EMILIO ALBERTO RESTREPO en conversación con destacados autores, a propósito de Ferias del libro, lanzamientos, encuentros literarios, ete.

Casi todos son entretenidos y loas autores hacen muchos aportes importantes para los lectores y escritores en formación.

Con Pablo Montoya Campuzano:

https://www.youtube.com/watch?v=CIs2nW0ZV3g&t=4s




Con  Luis Fernando Macías 

CAPITULO APARTE, de TELEANTIOQUIA:

https://www.youtube.com/watch?v=yKfYAJmiFxk&t=2s



https://www.youtube.com/watch?v=Wjm3PWmGX8Y




Con Marco Tulio Aguilera Garramuño:

https://www.youtube.com/watch?v=qZQHSVs6FR4




Con Gilmer Mesa:

https://www.youtube.com/watch?v=hbVnCGqnYPs



https://www.youtube.com/watch?v=MIMSyQPja2s 




Medellín, barrio y literatura; Gilmer Mesa, Emilio Restrepo y Luis F Macías EN TERTULIA CULTURAL

https://www.youtube.com/watch?v=tjE-mMLygBk







Con Memo Anjel

https://www.youtube.com/watch?v=2izQmyByJLc




Con Carlos Velásquez Córdoba

https://www.youtube.com/watch?v=3mkMf6SCyhY






Con los editores de la Revista Cronopio

https://www.youtube.com/watch?v=qfNteYHnO_0




Con Janeth Posada Franco



https://www.youtube.com/watch?v=Oatfryso7Tg



Con Natalia Velez Lopera

https://www.youtube.com/watch?v=YNMmFDwuJ3c



Con Maritza Franco Alzate

https://www.youtube.com/watch?v=nGNrGwo1wj8



https://www.youtube.com/watch?v=2akScDpGGI0




Con John Bohorquez:

https://www.youtube.com/watch?v=AkLWoK7zd4c




Con Pao Restrepo, "La Monita"

https://www.youtube.com/watch?v=-8CiUnL7tQo&t=7s




ROUGE LITERARIO




Con Arbey Salazar Blandon para COMFAMA




Con Wilfer Pulgarín, para la Tertulia de CASA TOMADA








Thursday, December 08, 2022

Podcast: Entrevista de Emilio Alberto Restrepo para el portal ¡CULTURA Y ENTRETENIMIENTO!

 ¡CULTURA Y ENTRETENIMIENTO! Emilio Restrepo

¡CULTURA Y ENTRETENIMIENTO! Emilio Alberto Restrepo


En esta entrevista hablamos de libros, de lecturas, de escritura y de creación en charla con el periodista Marco Vela. Podcast para el programa argentino ¡CULTURA Y ENTRETENIMIENTO!

Parte 1




Parte 2




Parte 3


Parte 4 



Parte 5


Parte 6


Parte FINAL


Thursday, August 12, 2021

Entrevista para el programa Contar para Editar #65 Emilio Restrepo

 

Contar para Editar #65 Emilio Restrepo

Contar para Editar #65 Emilio Restrepo







Programa emitido el 24/03/2021 conversación sostenida con los comunicadores JUAN CARLOS RODAS (editor de la editorial UPB) y Marcela Builes


En este link mas actualizado se puede escuchar:

o en este otro, sin bajar aplicaciones, de youtube






Wednesday, August 04, 2021

EMILIO ALBERTO RESTREPO en conversación con el escritor LUIS FERNANDO MACÍAS para Teleantioquia, la serie #CapituloAparte.

Capítulo Aparte | Emilio Restrepo | Teleantioquia

 

#TeleantioquiaEmociona


Fecha de estreno: 1 ago 2021

El médico y escritor EMILIO ALBERTO RESTREPO habló de su trayectoria literaria, de las influencias, de la creación de personajes, de sus libros, etc. en esta entrevista literaria en conversación con el escritor LUIS FERNANDO MACÍAS. Fue grabada para Teleantioquia como un episodio de la serie #CapituloAparte. Una buena forma de estimular el talento local y dar a conocer a los escritores antioqueños









https://www.youtube.com/watch?v=yKfYAJmiFxk&list=PLxb2lyp0lZCTvZ1rNrPr30Kxwtebgr5_P&index=1


A proósito de la entrevista, el escritor e historiador ORLANDO RAMIREZ CASAS-ORCASAS-, comentó:


Orcasas Orlando

08:19 (hace 2 horas)
para Ramírez-Casas, Cco:
Hola, jóvenes:

 

El TV Canal regional Tele Antioquia transmitió el domingo 1° 

de agosto de 2021 a las 6 pm. el programa Capítulo Aparte 

con la entrevista que el escritor Luis Fernando Macías Zuluaga

 le hizo al médico ginecobstetra y escritor Emilio Alberto 

Restrepo Baena.

 

Sobresale esta entrevista, a mi modo de ver, por varios

 aspectos a destacar.

 

La calidad de producción de los programas de este canal 

es de un gran profesionalismo, y diría yo que en ese sentido

 lidera la ristra de canales regionales, locales, comunales,

 parroquiales, y hasta de esquina que suelen atravesarse

 en mi camino. Es un canal con varias décadas de antigüedad

 que logró permear el monopolio de sintonía que tenían

 los dos principales canales de cubrimiento nacional, y abrió

 el camino para que otros canales “disidentes” mordieran 

también la franja de sintonía y captaran un trozo del ponqué.

 Más tendría que decir sobre este canal, y también sobre el

 excelente canal Tele Medellín, pero me saldría de enfoque 

del motivo de este correo.

 

En segundo lugar, en la entrevista es notoria la habilidad 

del entrevistador, y los detallados conocimientos que tiene

 de la obra del entrevistado. Esto es crucial a la hora de

 formular las preguntas pertinentes. Aquí la palabra 

pertinentes no es gratuita, porque he visto entrevistas 

de periodistas en ciernes, con diploma o sin diploma, 

cuyas preguntas pueden tildarse de flojas, vacías, 

improvisadas, y hasta impertinentes, que no vienen al 

caso. Pongo un ejemplo: 

Sacaron a uno de los mineros sepultados en el derrumbe

 de una mina, y los paramédicos le ponían una máscara

 de oxígeno mientras lo subían en la camilla de una 

ambulancia para llevarlo rumbo al hospital. La reportera

 de turno, una prestigiosa periodista radial y de televisión,

 le metió al paciente un micrófono entre la boca con la

 pregunta: “¿Qué sintió usted cuando vio llegar a los 

rescatistas?”. Muy respetuoso me pareció el entrevistado 

cuando apenas blanqueó los ojos y sólo alcanzó a balbucir

 un agónico Aaaaggggh. En mi caso, la habría mandado

 para el carajo. Casos de esos se ven por montones. 

El profesor Macías, por el contrario, hizo preguntas muy 

venidas al caso sin sucumbir a la tentación de otros 

entrevistadores cuyas preguntas son tan largas y cargadas 

de erudición que el tiempo que queda disponible para 

el entrevistado –“lástima  que el tiempo en televisión sea tan 

corto”, oigo decir– apenas alcanza para decir sí o no, 

como recomendaba el padre Astete.

 

Y luego está el médico Emilio Alberto, cuya sencillez y 

coloquialidad de trato se salen de los moldes doctoprofesorales

 de algunas eminencias que a duras penas se comunican con

 inclinaciones de cabeza y balbuceos cortantes. Los pacientes

 de esos médicos se sienten como en audiencia ante el Santo

 Papa. No así el médico Emilio Alberto que, para decirlo de 

una vez, ¡Es un bacán! No quiero decir que él se ponga a

 contar chistes o a hacer bromas mientras practica una 

cirugía. No, eso no, ni más faltaba. Sino que uno siente que 

estando con él las barreras se diluyen y a quien uno tiene 

al lado es un amigo. No está por demás decir que esta 

es una actitud que genera empatía, simpatía. Esta 

característica es una inmensa ventaja para el entrevistador

 que sabe que a este entrevistado no va a tener que sacarle

 las palabras con ganzúa. Todo lo contrario. El médico Emilio

 prende empujado, y no ha terminado el entrevistador de 

hacer la presentación cuando ya se deja venir con una 

chorrera de explicaciones para el oyente de cuáles son sus

 obras, cuáles son sus características, en qué circunstancias

 se escribieron, en qué se inspiraron, todo con un orden 

articulado y sin titubeos de expresión que hacen que en su 

caso la dificultad estribe en encontrar espacio para los cortes

 de comerciales. Casos he visto en que un entrevistado se 

queda sin palabras y el entrevistador por debajo de la mesa

 hace señas de tijera con los dedos a los camarógrafos para 

que los productores hagan el corte y poder alinear a su 

personaje sacándolo del embrollo. ¿A dónde condujo la 

entrevista del profesor Luis Fernando al médico Restrepo?

 A que esa hora se me fue en un suspiro, y cuando se terminó 

la entrevista sentí que yo quedaba con ganas de más; y, 

sobre todo, con ganas de leer esos libros que allí se

 mencionaban y que de alguna manera él hizo ver que 

estaban relacionados unos con otros. Yo he leído varios de

 sus libros y sé que él escribe tan agradable como conversa,

 o que conversa tan agradable como escribe. No dudo en 

recomendarlo sea como entrevistado, sea como médico, 

sea como escritor, o sea como conversador. 

Con él no hay pérdida.

 

ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)

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Monday, July 05, 2021

Emilio Alberto Restrepo, el médico que se volvió escritor viral

 ENTREVISTAS

El autor colombiano publicó su libro de relatos Un hombre solo y mal acompañado

Jorge Gómez Jiménez miércoles 30 de junio de 2021


La pandemia de Covid-19 no fue para Emilio Alberto Restrepo lo mismo que para la mayoría de nosotros: mientras en el mundo en confinamiento se desataba la obsesión por el gel desinfectante, él, que es médico ginecobstetra, estaba imposibilitado de adoptar alguna de las formas de teletrabajo que se han creado o perfeccionado. Y así, conduciendo a través de “una ciudad de zombis”, como él dice, se le fueron ocurriendo las historias que dan forma a Un hombre solo y mal acompañado, que se encuentran hiladas entre sí por su protagonista —un dibujante publicitario con muy pocas pulgas— y ambientadas en el poco explorado hábitat que representan los condominios.

Es preciso aclarar que Emilio no es un advenedizo en la literatura. Estamos hablando de un médico de Medellín que no sólo escribe, sino que se ha forjado un nombre en la literatura gracias a un oficio sostenido y no exento de reconocimientos. Su serie negra sobre el detective Joaquín Tornado ya alcanza los seis libros y además ha incursionado en otros géneros como la literatura para niños, la narrativa urbana y, cómo no, la novela sobre el entorno médico y hospitalario. En Un hombre solo y mal acompañado está, además, bien acompañado por el destacado artista Carlos Marín, quien firma las rotundas imágenes que ilustran sus relatos. Recién publicado por Grámmata Editores, este libro es uno de los temas que abordamos en esta entrevista.

 

Lee también en Letraliareseña de Un hombre solo y mal acompañado, de Emilio Alberto Restrepo, por Carlos Aponte Santamaría.

Emilio Alberto Restrepo, escritor en una ciudad de zombis

—El protagonista de las historias contenidas en Un hombre solo y mal acompañado es un dibujante publicitario que no deja de mostrar y ejercer su misantropía. ¿Hasta qué punto te representa este personaje?

—De alguna manera todos los personajes lo representan a uno como escritor, como lector, como ciudadano. Todos se alimentan de las lecturas, de las vivencias, de las películas vistas y pensadas, de la música escuchada, de los miedos, de las neurosis, y hasta de las frustraciones y rabias contenidas. No quiere decir que uno sea como él o que él represente fielmente la personalidad de uno como persona, pero no hay dudas de que expresa muchas cosas que pueden ser de uno, aunque otras no lo sean. Por ejemplo, él es introvertido y yo no lo soy. Él es noctámbulo y consumidor habitual de marihuana y yo no. Él es dibujante y yo médico. Él puede matar perros y yo me considero incapaz. Él pisa la delgada línea de lo ilegal y yo me considero un ciudadano respetuoso (y temeroso) de la ley. Pero no hay duda 

Emilio Alberto Restrepo, de médico a escritor viral

—Eres médico ginecobstetra y en esa área también escribes, pues tienes varios artículos publicados sobre tu especialidad. ¿Cómo influye tu formación profesional en lo que escribes?

—La medicina me permite estar cercano al carácter humano, a la psicología de las personas que sufren y que plantean la angustia de vivir, que dan un material riquísimo para hacer buenos personajes. Es una fuente inagotable de historias y precisamente en dos meses lanzo la novela Medicina bajo sospecha, que hace parte de la “Trilogía perversa de la salud”, que cuenta ese lado oscuro de la medicina, de los hospitales, esa faceta que el ciudadano no conoce y que te garantizo que es asombrosa y hasta increíble.

—Tienes varios años compartiendo artículos y relatos en YouTube, en tu serie Consejos a un joven colega. Son videos con miles de visualizaciones en los que haces gala de humor crítico y hasta de dotes histriónicas. ¿Cómo ha sido esta experiencia para ti?

—Esos los diseñé para el final de cada seminario académico con estudiantes y residentes. Les hablaba, después de tratar el tema científico, de asuntos no médicos, que tenían que ver con el vivir cotidiano, cómo capotear los problemas de todos los días en lo que ellos llamaban “supositorios de sabiduría practica” o “garrote en tips”, por burlarse un poco de mí. Vi que empezaron a tener éxito, los estudiantes los grababan en el celular y los compartían, hasta que un canal de televisión (Teledonmatías) decidió hacerlos en una serie que de manera sorpresiva alcanzó la aceptación del público, se volvieron virales en cadenas de WhatsApp y hoy alcanzan más de un millón de visitas en YouTube, sin contar las otras redes. Es divertido, me acerca mucho a los lectores, relaja un poco el carácter grave y siempre serio de cómo se percibe a los escritores, se aprovecha para dar un mensaje y burlarse un poco de esta realidad tan dura y trascendente y amplía el público objetivo, que normalmente se interesa por conocer más cuentos o los libros. Una experiencia chévere y relajada.

—¿Cómo abordas el hecho narrativo? ¿Es Un hombre solo y mal acompañado un libro único en el panorama de tu obra o tus otros libros se le parecen?

—Tengo varias líneas de trabajo. Literatura infantil, narrativa urbana, novela negra (ya mi personaje Joaquín Tornado tomó vuelo, anda ya por seis libros) y novela con temática médica y hospitalaria. También ensayo literario y antologías. Este trabajo es muy específico, la parte urbana la trabajo en el microcosmos de la unidad residencial, ya el protagonista no es la ciudad o el barrio sino el condominio. Son cuentos con unidad temática, todos transcurren con el mismo personaje viviendo historias poderosas, siempre encerrado en la misma urbanización. Esos elementos le dan una identidad propia, un hilo narrativo que lo hace distinto a los otros, desde la forma y el fondo. Pero por supuesto que hay elementos que constituyen mi estilo, mi marca personal. No en vano siempre se ha dicho que un escritor termina escribiendo siempre sobre lo mismo y haciendo una sola obra repartida en varios libros.de que tiene cosas que yo quisiera tener y no tengo.










—Definitivamente la pandemia nos cambió a todos, incluso a quienes ya eran sedentarios y el confinamiento se les hacía, digamos, más natural. Aparte de la escritura de este libro, ¿de qué otra forma incidió el Covid-19 en tu trabajo autoral, en tu vida personal?

—Por mi trabajo como médico asistencial del gobierno no tuve los niveles de enclaustramiento de casi toda la población, pues tenía que ir diario al hospital y atender y operar pacientes. Con el confinamiento tuve mucho más tiempo para mis proyectos, pues el desplazamiento por una ciudad de zombis, deshabitada, era muy rápido, no había vida social, no había salidas turísticas ni a cine ni siquiera a conversar, y pensar en reuniones era imposible. Entonces se reforzaron las lecturas, el encuentro con las películas clásicas y la escritura. Nunca había leído y escrito tanto, ni visto y estudiado tanto cine. Pero como dices, muchos ya teníamos la disciplina de la lectura y escritura y estábamos acostumbrados a pasar largas horas en una función intelectual. Traté de que esos espacios fueran productivos, para evitar ser atropellado por el miedo o algo peor, como la depresión y el aburrimiento. Afortunadamente no me quedaron muchas secuelas (creo).

—Los perros son una presencia permanente en Un hombre solo y mal acompañado, y la mayoría de los que aparecen en estos relatos terminan mal por la desidia humana. Casi podría decirse que los perros de tu libro conforman una declaración de principios tuya como autor. ¿Es así?

—Los perros fueron una aparición casual, sin buscarla conscientemente, que atraviesan muchas de las historias. No tengo una teoría consciente para explicarlo. El primero, fue en una rabia personal por pisar una caca por un descuido de sus dueños. Esto me proporcionó una furia que canalicé en el cuento. Y eso rescata la parte catártica y sanativa de la literatura: en lugar de ponerme a matar perros o pelear con vecinos, hice un cuento para canalizar toda mi ferocidad a través de las historias y un humor algo retorcido. Conseguí un cuento bueno y me libré de hacer algo malo y terminar en la cárcel. El otro fue de una amiga a quien considero dulce e indefensa, quien me contó la historia de su problema con el extranjero de clase alta que la empezó a acosar por el desencuentro de sus mascotas. Parece mágico, pero la conversación surgió cuando ella leyó el cuento “Caca de perro”, que se había ganado un concurso. Yo ya tenía el personaje, tenía el entorno, ella puso el problema y la historia y yo monté el cuento respectivo. Se ganó también el concurso en la universidad CES. Y por esos días estaba atendiendo como ginecólogo el parto de mi sobrina, quien tenía una perra muy mimada y dominante con su territorio. Me dio miedo que de pronto atacara al recién nacido. De ahí surgieron los otros cuentos.

—Pese a la misantropía del protagonista, el libro muestra cómo hace concesiones ante el desvalimiento ajeno. Se aprecia en la historia de Mariengracia, la mujer de servicio despedida sin respeto; en Carmelina, la madre de una chica víctima de una red de pederastas, incluso en Pozetto, el can que cae del cielo. De alguna manera el personaje se convierte en un justiciero. ¿Has conocido personajes así en la vida real? ¿Puedes contarnos al respecto?

—Sí, he conocido personajes que rumian la venganza del día a día ante cosas que los indignan o los oprobian, incluso de manera solidaria con personas desvalidas que les duelen. A mí también hay cosas que me vulneran, pero puede que no tenga el valor de tomar la justicia por mis manos, entonces lo hago por medio de mis protagonistas. Los casos que relatas de esas mujeres tristes y oprimidas son reales, los conocí por referencias indirectas; hubiera querido ayudarles, pero la literatura me permitió canalizar de una forma creativa esa rabia, esa impotencia, esos deseos de lograr un equilibrio en el mundo, aunque fuera por la vía de la venganza. Al leer el libro, un amigo me recordó que en los 70 uno de mis personajes favoritos del cine de acción era Charles Bronson, en su eterno papel del “vengador anónimo”. Mire usted en dónde volvió a brotar esa admiración…

 Lee también en Letralia: “Caca de perro”, el cuento que abre el libro Un hombre solo y mal acompañado, de Emilio Alberto Restrepo.

Un hombre solo y mal acompañado, el libro que quería hacer

—Cultivas el género negro y has publicado ya varias novelas con el personaje del detective Joaquín Tornado. En los relatos de Un hombre solo y mal acompañado se aprecia el eco del noir en la manera como estudia las situaciones en las que se involucra, que podríamos llamar en este contexto sus “casos”, y, claro, en las ingeniosas y complicadas soluciones que el protagonista-justiciero aporta. ¿Qué te ha dado el género negro como autor?

—El género negro (en mi faceta de lector, escritor y cinéfilo) me da la posibilidad de crear atmósferas con ese velo de suspicacia e intriga, ese deseo de pintar personajes ambiguos que no son ni buenos ni malos del todo sino que viven su vida en diversos matices de valores morales, esas ganas de ir sembrando en la narración las claves para la resolución del misterio planteado sin hacerle trampas al lector y, sobre todo, la necesidad de mostrar historias que atrapen, que sean entretenidas, pues esto es algo fundamental en el noir. Un lector no perdona lo aburrido o lo lento o lo que sea poco ingenioso. Otra cosa que utiliza el género es el narrador en primera persona, que va mostrando las cosas como las ve o como se las ingenia, mientras trata de resolver las dificultades que se le van presentando para lograr sus propósitos. Además, la tonalidad de amoralidad que rodea las situaciones, la maldad inherente al comportamiento humano, las injusticias, el enfrentarse a una sociedad desigual, abusiva y arbitraria, son muy características de la novela negra. No lo había notado, pero ya que lo resaltas veo que es innegable. Y me alegra descubrirlo.

—La literatura suele reflejar la sociedad en la que se escribe, y en uno de tus relatos comentas algunos de los trastornos que la inmigración venezolana produce en tu país. ¿Cómo están lidiando con este tema?

—En mi libro eso es accidental. Pudo haber sido un ecuatoriano o un gringo, pero el que agredió a mi compañera por la pelea de perros fue un venezolano de clase alta, un migrante de primera ola del chavismo, lleno de plata e ínfulas y totalmente abusivo y arbitrario. No hay nada de personal en ello, fue circunstancial, de hecho, uno de mis más cercanos contertulios es un periodista venezolano que también vino a nuestra ciudad en el éxodo migratorio. El fenómeno es muy complejo, sobre todo los de la última camada, gente muy pobre, indocumentada, sin oportunidades laborales, viviendo en condiciones lamentables y permanentemente rodeados de la indigencia, la mendicidad, el delito, el hambre y el desempleo. Y víctima de oportunistas que los contratan en condiciones de miseria o de bandas delincuenciales que se aprovechan de su desespero. Es un fenómeno masivo y muy preocupante, sin soluciones cercanas a la vista y agravado por la mala condición económica de Colombia en medio de la pandemia y la grave crisis política y social que vivimos.

“Un hombre solo y mal acompañado”, de Emilio Alberto Restrepo
Un hombre solo y mal acompañado, de Emilio Alberto Restrepo (Grámmata Editores, 2021).

Un hombre solo y mal acompañado
Emilio Alberto Restrepo
Ilustraciones de Carlos Marín
Cuentos
Grámmata Editores
Medellín (Colombia), 2021
ISBN: 978-958-49-2293-9
108 páginas
Ventas: emiliorestrepo@gmail.com

—Háblame de las ilustraciones. Carlos Marín es un artista reconocido y estaba trabajando en un proyecto que terminó ajustándose de una excelente manera a lo que tú por tu lado estabas escribiendo. ¿Cómo fue que coincidieron?

—Carlos es un amigo cercano de mis hermanos. Es un artista de trayectoria internacional y por esos días de encierro estaba trabajando unos bocetos de pinceladas agresivas que mostraban la opresión que sentía por no poder salir, por no poder abrir su empresa, por estar enfermo. En su página personal y en Instagram colgó algunas y fue grande mi sorpresa al ver que estaba pintando de lo que yo estaba escribiendo: mujeres derrotadas y humilladas, hombres recelosos siempre bajo sospecha, burgueses obesos y arrogantes e imágenes de perros vivos y muertos. Pinceladas llenas de insatisfacción, personas infelices y asustadas. Lo llamé, le pedí que me mostrara su trabajo de esos días y vi con asombro que todos los cuentos se podían usar para ilustrar los cuentos. Nuestros planetas estaban alineados en una especie de “sicosincronismo” y por eso resultó una colaboración tan compacta y simétrica. Son casos raros, ni que hubieran sido a propósito.

—Y al final, ¿resultó ser “el libro que querías hacer”?

—Siempre el autor piensa que todos los libros pudieron ser mejores, que hubiera podido profundizar más en el tema, meterle más historias o hasta darle más aliento para constituir una novela. Pero cuando vi el bello trabajo de los editores, un libro compacto con vida propia y la gran recepción de los lectores y de la crítica, entendí que era su tiempo y su tamaño preciso: cien páginas de puras historias, personaje y entorno fuertes, llenos de carácter propio y matices bien definidos. Un libro corto y contundente con lo que Cortázar esperaba del cuento: un derechazo directo a la mandíbula del lector que lo deje lleno de asombro, lleno de ganas de más, sin hastíos ni divagaciones de relleno. Entonces organizo mis ideas y confirmo: Sí, es “el libro que quería hacer”.

 

Lee también en Letralia: reseña de Un hombre solo y mal acompañado, de Emilio Alberto Restrepo, por Alberto Hernández.

Emilio Alberto Restrepo, de médico a escritor viral

—Eres médico ginecobstetra y en esa área también escribes, pues tienes varios artículos publicados sobre tu especialidad. ¿Cómo influye tu formación profesional en lo que escribes?

—La medicina me permite estar cercano al carácter humano, a la psicología de las personas que sufren y que plantean la angustia de vivir, que dan un material riquísimo para hacer buenos personajes. Es una fuente inagotable de historias y precisamente en dos meses lanzo la novela Medicina bajo sospecha, que hace parte de la “Trilogía perversa de la salud”, que cuenta ese lado oscuro de la medicina, de los hospitales, esa faceta que el ciudadano no conoce y que te garantizo que es asombrosa y hasta increíble.

—Tienes varios años compartiendo artículos y relatos en YouTube, en tu serie Consejos a un joven colega. Son videos con miles de visualizaciones en los que haces gala de humor crítico y hasta de dotes histriónicas. ¿Cómo ha sido esta experiencia para ti?

—Esos los diseñé para el final de cada seminario académico con estudiantes y residentes. Les hablaba, después de tratar el tema científico, de asuntos no médicos, que tenían que ver con el vivir cotidiano, cómo capotear los problemas de todos los días en lo que ellos llamaban “supositorios de sabiduría practica” o “garrote en tips”, por burlarse un poco de mí. Vi que empezaron a tener éxito, los estudiantes los grababan en el celular y los compartían, hasta que un canal de televisión (Teledonmatías) decidió hacerlos en una serie que de manera sorpresiva alcanzó la aceptación del público, se volvieron virales en cadenas de WhatsApp y hoy alcanzan más de un millón de visitas en YouTube, sin contar las otras redes. Es divertido, me acerca mucho a los lectores, relaja un poco el carácter grave y siempre serio de cómo se percibe a los escritores, se aprovecha para dar un mensaje y burlarse un poco de esta realidad tan dura y trascendente y amplía el público objetivo, que normalmente se interesa por conocer más cuentos o los libros. Una experiencia chévere y relajada.

—¿Cómo abordas el hecho narrativo? ¿Es Un hombre solo y mal acompañado un libro único en el panorama de tu obra o tus otros libros se le parecen?

—Tengo varias líneas de trabajo. Literatura infantil, narrativa urbana, novela negra (ya mi personaje Joaquín Tornado tomó vuelo, anda ya por seis libros) y novela con temática médica y hospitalaria. También ensayo literario y antologías. Este trabajo es muy específico, la parte urbana la trabajo en el microcosmos de la unidad residencial, ya el protagonista no es la ciudad o el barrio sino el condominio. Son cuentos con unidad temática, todos transcurren con el mismo personaje viviendo historias poderosas, siempre encerrado en la misma urbanización. Esos elementos le dan una identidad propia, un hilo narrativo que lo hace distinto a los otros, desde la forma y el fondo. Pero por supuesto que hay elementos que constituyen mi estilo, mi marca personal. No en vano siempre se ha dicho que un escritor termina escribiendo siempre sobre lo mismo y haciendo una sola obra repartida en varios libros.


Algunas coordenadas de Emilio Alberto Restrepo

—Si los lectores de Letralia quieren ahondar más sobre la obra de Emilio Alberto Restrepo, con las limitaciones que puede ocasionar la distancia geográfica, ¿en dónde pueden leer sobre lo tuyo? ¿Cómo te contactan?

—Claro que hay limitaciones, pero en un mundo globalizado las distancias se acortan. Muchas de mis obras se consiguen en Buscalibre o en Amazon o en LibreriadelaU, en formatos físico y virtual. Además, estas son mis páginas y redes:

Jorge Gómez Jiménez
Editor en Letralia
Escritor venezolano (Cagua, Aragua, 1971). Dirigió entre 1989 y 1990 la Peña Literaria Cahuakao, 
en Cagua y, entre 1990 y 1993, el semanario El Tabloide, de la misma ciudad. Desde 1996 edita la 
revista literaria Letralia, Tierra de Letras, la primera publicación cultural venezolana en la red. Ha 
publicado, entre otros títulos, los libros de cuentos Dios y otros mitos (1993) y Uno o dos de tus gestos
 (2018), las novelas breves Los títeres (1999) y Juez en el invierno (2014), la antología de narrativa venezolana Próximos (2006; bilingüe, chino-español), la novela El rastro (2009) y la plaquette de poesía
 Mar baldío (2013). Textos suyos han aparecido en diversas antologías dentro y fuera de Venezuela. Ha
 obtenido, entre otros, el primer lugar en el X Concurso Anual de la Universidad Central de Venezuela
 (Maracay, 2002) y en el Concurso de Minicuentos Los Desiertos del Ángel (Maracay, 2012). Además, con Letralia recibió el Premio Nacional del Libro (Caracas, 2007) y ha sido en dos ocasiones finalista, y 
una vez mención honorífica, de los premios Stockholm Challenge (Estocolmo, Suecia, 2006, 2008, 2010).
 Su novela El rastro, publicada en Internet entre 1996 y 2008, recibió en 2007 el puesto Nº 32 en la lista
Colombia. Textos suyos han sido traducidos al francés, inglés, italiano, catalán, esloveno y chino.

Sus textos publicados antes de 2015
4 • 13 • 22 • 30 • 46 • 49
Editorial Letralia: 2000: el futuro presente (coautor)
Editorial Letralia: Libro de hacedores (coautor)