Capítulo Aparte | Emilio Restrepo | Teleantioquia
El médico y escritor EMILIO ALBERTO RESTREPO habló de su trayectoria literaria, de las influencias, de la creación de personajes, de sus libros, etc. en esta entrevista literaria en conversación con el escritor LUIS FERNANDO MACÍAS. Fue grabada para Teleantioquia como un episodio de la serie #CapituloAparte. Una buena forma de estimular el talento local y dar a conocer a los escritores antioqueños
https://www.youtube.com/watch?v=yKfYAJmiFxk&list=PLxb2lyp0lZCTvZ1rNrPr30Kxwtebgr5_P&index=1
A proósito de la entrevista, el escritor e historiador ORLANDO RAMIREZ CASAS-ORCASAS-, comentó:
| 08:19 (hace 2 horas) | |||
El TV Canal regional Tele Antioquia transmitió el domingo 1°
de agosto de 2021 a las 6 pm. el programa Capítulo Aparte
con la entrevista que el escritor Luis Fernando Macías Zuluaga
le hizo al médico ginecobstetra y escritor Emilio Alberto
Restrepo Baena.
Sobresale esta entrevista, a mi modo de ver, por varios
aspectos a destacar.
La calidad de producción de los programas de este canal
es de un gran profesionalismo, y diría yo que en ese sentido
lidera la ristra de canales regionales, locales, comunales,
parroquiales, y hasta de esquina que suelen atravesarse
en mi camino. Es un canal con varias décadas de antigüedad
que logró permear el monopolio de sintonía que tenían
los dos principales canales de cubrimiento nacional, y abrió
el camino para que otros canales “disidentes” mordieran
también la franja de sintonía y captaran un trozo del ponqué.
Más tendría que decir sobre este canal, y también sobre el
excelente canal Tele Medellín, pero me saldría de enfoque
del motivo de este correo.
En segundo lugar, en la entrevista es notoria la habilidad
del entrevistador, y los detallados conocimientos que tiene
de la obra del entrevistado. Esto es crucial a la hora de
formular las preguntas pertinentes. Aquí la palabra
pertinentes no es gratuita, porque he visto entrevistas
de periodistas en ciernes, con diploma o sin diploma,
cuyas preguntas pueden tildarse de flojas, vacías,
improvisadas, y hasta impertinentes, que no vienen al
caso. Pongo un ejemplo:
Sacaron a uno de los mineros sepultados en el derrumbe
de una mina, y los paramédicos le ponían una máscara
de oxígeno mientras lo subían en la camilla de una
ambulancia para llevarlo rumbo al hospital. La reportera
de turno, una prestigiosa periodista radial y de televisión,
le metió al paciente un micrófono entre la boca con la
pregunta: “¿Qué sintió usted cuando vio llegar a los
rescatistas?”. Muy respetuoso me pareció el entrevistado
cuando apenas blanqueó los ojos y sólo alcanzó a balbucir
un agónico Aaaaggggh. En mi caso, la habría mandado
para el carajo. Casos de esos se ven por montones.
El profesor Macías, por el contrario, hizo preguntas muy
venidas al caso sin sucumbir a la tentación de otros
entrevistadores cuyas preguntas son tan largas y cargadas
de erudición que el tiempo que queda disponible para
el entrevistado –“lástima que el tiempo en televisión sea tan
corto”, oigo decir– apenas alcanza para decir sí o no,
como recomendaba el padre Astete.
Y luego está el médico Emilio Alberto, cuya sencillez y
coloquialidad de trato se salen de los moldes doctoprofesorales
de algunas eminencias que a duras penas se comunican con
inclinaciones de cabeza y balbuceos cortantes. Los pacientes
de esos médicos se sienten como en audiencia ante el Santo
Papa. No así el médico Emilio Alberto que, para decirlo de
una vez, ¡Es un bacán! No quiero decir que él se ponga a
contar chistes o a hacer bromas mientras practica una
cirugía. No, eso no, ni más faltaba. Sino que uno siente que
estando con él las barreras se diluyen y a quien uno tiene
al lado es un amigo. No está por demás decir que esta
es una actitud que genera empatía, simpatía. Esta
característica es una inmensa ventaja para el entrevistador
que sabe que a este entrevistado no va a tener que sacarle
las palabras con ganzúa. Todo lo contrario. El médico Emilio
prende empujado, y no ha terminado el entrevistador de
hacer la presentación cuando ya se deja venir con una
chorrera de explicaciones para el oyente de cuáles son sus
obras, cuáles son sus características, en qué circunstancias
se escribieron, en qué se inspiraron, todo con un orden
articulado y sin titubeos de expresión que hacen que en su
caso la dificultad estribe en encontrar espacio para los cortes
de comerciales. Casos he visto en que un entrevistado se
queda sin palabras y el entrevistador por debajo de la mesa
hace señas de tijera con los dedos a los camarógrafos para
que los productores hagan el corte y poder alinear a su
personaje sacándolo del embrollo. ¿A dónde condujo la
entrevista del profesor Luis Fernando al médico Restrepo?
A que esa hora se me fue en un suspiro, y cuando se terminó
la entrevista sentí que yo quedaba con ganas de más; y,
sobre todo, con ganas de leer esos libros que allí se
mencionaban y que de alguna manera él hizo ver que
estaban relacionados unos con otros. Yo he leído varios de
sus libros y sé que él escribe tan agradable como conversa,
o que conversa tan agradable como escribe. No dudo en
recomendarlo sea como entrevistado, sea como médico,
sea como escritor, o sea como conversador.
Con él no hay pérdida.
ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)
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