Colega aprendamos a contar historias.
Conversatorio sobre medicina y literatura.
Medicina bajo la lupa
| dom, 21 mar. 21:07 (hace 17 horas) | |||
Hola, jóvenes:
Los médicos, como los sacerdotes, son dos personas
distintas metidas dentro de un mismo cuerpo. El
uno, es el que conoce su familia, el que conocen
sus amigos del bachillerato y los compañeros de
universidad, el que conocen los vecinos de la cuadra.
Ese es uno. El otro, es el que conocen en la clínica,
el que conocen en el consultorio, el que conocen los
pacientes. Esa es la otra faceta, y tiene que ser así
porque el tío Mario de las charlas de sobremesa en los
almuerzos donde la abuela no puede ser el mismo
sacerdote que se sienta en el confesionario a absolver
los pecados de las beatas. No puede. Ni viceversa,
tampoco. No puede llegar donde la abuelita con el
cuento de que sígame diciendo Su Reverencia cuando
ella le cambió los pañales a Memito hasta que se
juagó en sudor. El Su Reverencia tiene que quedar de
puertas para afuera.
Del médico Emilio Alberto Restrepo Baena, de quien
me hice amigo por estos asuntos de la tarea de
escribir, y porque tuvimos como orientador en
distintos momentos al escritor Mario Escobar
Velásquez, puedo decir que me cuesta trabajo
imaginarlo como ginecobstetra en ejercicio de su
profesión, y como profesor universitario de la materia.
Lo conozco, en cambio, como colega en los asuntos de
la escritura, y lo único que puedo decir de él en ese
sentido es que el hombre es ¡Todo un bacán! Un
escenario no he compartido con él, pero puedo asegurar
que sentados en una mesa de café al calor de
dos o tres aguardientes ambos forcejeamos para
arrebatarnos el derecho al uso de la palabra. Tiene él
jijuemil historias que contar, desde sus tiempos de
pato de esquina en las calles del barrio Belén hasta su
vocación de recogedor de anécdotas en el ejercicio de
la medicina. Jijuemil historias para contar.
Ya va por la publicación de su 20° libro, que se lee fácil
pero lo difícil es escribirlos y publicarlos. Por cierto que
si usted leyó “veinteavo” se equivocó, porque eso
significa partir un libro en veinte pedazos y tomar solo
uno. Lo que él está publicando es el libro “vigésimo
segundo”, que es otra cosa. Esto no me lo inventé yo,
sino que nos lo enseñó el profesor Mario Escobar
Velásquez en los talleres de escritura literaria.
Este libro de Restrepo es el tercero de una trilogía
sobre temas médicos, de la cual ya había publicado el
libro “El Pabellón de la Mandrágora” y el libro “Y nos
robaron la clínica”. Este tercero, titulado “Medicina
bajo sospecha”, será publicado por la editorial de la
Universidad Ces de Medellín, y la entrevista que le
hace Adriana Muñoz hace parte de los espacios de
divulgación cultural de esa universidad. El libro
promete ser interesante, puesto que habla de los
aspectos jurídicos de dicho ejercicio, y de la parte sucia
de la tarea, que también se ve.
La entrevista tiene una hora de duración, y empieza
en el minuto cinco del video, por lo que sugiero
adelantar la aguja hasta ese lugar para que la espera
no se haga muy larga. Después de que el médico
empieza a hablar, el tiempo se le va a uno en un
suspiro, porque uno quiere que él le siga contando más
sobre en qué paró el asunto de la monja que llegó a su
consultorio en avanzado estado de embarazo.
https://emiliorestrepo.
ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)
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