Sunday, May 07, 2017

COLEGA, CUIDADO CON ESAS VERDADES REVELADAS

COLEGA, CUIDADO CON ESAS VERDADES REVELADAS



Es muy común notar que, con el paso del tiempo, muchos colegas van adquiriendo una entonación pontifical que les marca el tono de la voz, como si en realidad pensaran que son los dueños de la verdad revelada.

Con los años y los méritos y los triunfos personales y profesionales se va perdiendo ese tono respetuoso y discreto que permitía interactuar en condiciones de tú a tú con los semejantes, y se adquiere un insufrible aire de superioridad impostada, o autoinflingida, que, en lugar de ganarse el respeto, más bien atrae la animadversión y el rechazo.

Muchos colegas se la van creyendo que por aquello de la “edad, dignidad y gobierno” pueden alzar la voz, pueden dirigir la vida de los demás, pueden andar descalificando los conceptos y la forma de ser del otro, que pueden ir por el mundo dando cátedra de moral, poniéndose como ejemplo de seres “bien-pensantes”.

“Usted está sesgado, mi amigo”…”Es ridículo lo que 
usted piensa”….” A sus años y diciendo esas sandeces, ¿es que no va a madurar?” “Está equivocado, el que tengo la razón soy yo, lo que usted piensa va en contravía de la verdad” “Cómo se le ocurre no ir a la marcha, o votar por Fulano, o no apoyar a Zutano, colega, ¿usted en qué mundo anda? Revísese, ¿cómo puede usted conciliar el sueño después de eso?”

Y ese egocentrismo de palabra, pensamiento y obra los va llevando a concluir y a sentir realmente que el que no piense como ellos está errado y va en contravía de la lógica y la verdad. Es muy común observarlo en los grupos de chat por Whatsapp o por Facebook ver las descalificaciones gratuitas y los matoneos al que se atreve a pensar distinto, o a plantear dudas o a interrogar un comportamiento de la mayoría que él considera que tiene muchas cosas discutibles o se atreve a cuestionar las actitudes de algún líder del cual se piensa que no actúa con toda la ética y la transparencia que se estima sana y equilibrada para dirigir un movimiento.
Este sacralismo se vuelve epidémico en tres esferas: la política, los deportes y la música. En el espíritu de muchos ciudadanos se esconde  un brillante técnico de fútbol o del deporte que esté de moda, un politólogo con aires de estadista que se las sabe todas (y las que no se las inventa) y un crítico musical severo y excluyente que le lleva a desdeñar todo lo que se salga de le esfera de sus afectos: “Yo no sé qué le ven a ese ruido, quien dijo que el vallenato o el reguetón eran música, en mis tiempos sí que había armonías, en mi época los bailes si eran decentes, no ese restregón de hebillas, deberían pagar motel” o “yo no sé ese idiota porqué insiste en colocar a tales en el equipo o ese vergajo debería jugar más lateralizado, no sé porque ese imbécil insiste con él, debe tener comisión en el pase de compraventa” o “el que vote por tal y pascual es un guerrillero encubierto, cómo se les ocurre apoyar ese asunto, no sean idiotas carajo,  no ven que llevan el País derechito a convertirlo en una cloaca como X o Y república, ¡animales!, ¡atarvanes!”

Y se enojan genuinamente con el colega de toda la vida, se cuestiona hasta la inteligencia del contertulio, se le pisotean los principios de formación, se tira al aire un manto de duda de sus reales intereses al apoyar la iniciativa con la que no se está de acuerdo.

Colega, créame, no vale la pena. ¿En dónde quedó su buen humor, su capacidad de negociar la diferencia, su respeto por la opinión de los demás? ¿No cree que esa actitud le estrangula la úlcera y le trombosa las hemorroides, mientras acaba con la camaradería que alimentó durante tantos años?

¿Sí vale la pena acabar amistades de toda la vida por defender actitudes de políticos que lo usan a usted a su antojo, que lo manipulan para enriquecerse y hacerse al poder para satisfacer sus intereses personales, mientras brindan complacidos por tener hordas de idiotas útiles como los que en las calles se revientan por apoyarlos?¿Si cree usted que los resultados de la selección van a cambiar por sus comentarios de sabio de pacotilla? ¿Cree usted que los estadios se van a dejar de llenar en los conciertos del artista que usted desprecia y que la juventud, por esa razón, va a dejar de disfrutarlos? Me atrevo a pensar que no, pero podría estar equivocado, para que no entremos en contradicción.


Colega, hay que volver a la tertulia risueña y afectuosa, al respeto por el otro, al disfrute de la buena charla y los mejores tragos, a la complacencia del deporte sano y la cadencia melodiosa de las canciones bellas. Hay que recuperar el liderazgo asertivo, para defendernos del opresivo. Colega, hay que entender que no tenemos la verdad revelada, no vale la pena creer que, porque lo digamos, somos mejores o sabemos más que los demás. Bajémosle al volumen, que, como decían los viejos, “por el tonito se dañan los matrimonios”.
CODA

Dentro de la misma serie de CONSEJOS A UN JOVEN COLEGA, les recomendamos estas otras entradas

COLEGA, NO TRABAJE TANTO




COLEGA, ATERRICE, NO SE PONGA A CREER BOBADAS


COLEGA, ATIENDA SU NEGOCIO

Orlando Ramírez Casas

6 may. (Hace 1 día.)
para AlvarezAlvarezArangoAriasArredondoBravoBustamanteBustilloCalderónCalderónCamachoCampuzanoCeballosCeballosDelgadoDomínguezDomínguezEcheverryEstradaEstradaGalloGarcíaGaviriaGiraldoGiraldo
Hola, jóvenes:

Hollywood suele ser un espejo de la realidad, y hay películas en las que uno se encuentra con ambientes universitarios en los que los hijos de la élite matonean al nerd o don nadie de turno. También se ve tal cosa entre nosotros y recuerdo lo graciosa que era la rubia teñida (o catirita de farmacia, que dirían en Venezuela) que hacía de recepcionista y era representada por la actriz Lorna Paz en la telenovela “Betty, la fea” versión colombiana. Lorna, que era arribista a morir, se inventó el haber cursado unos semestres de carrera en la Universidad de San Marino, y este nombre ficticio era peyorativamente mencionado como contraposición a las universidades de Los Andes, Javeriana, El Rosario, San Bartolomé, Eafit, Icesi, y demás universidades “donde estudian los hijos de nosotros”. Tengamos en cuenta que a “los hijos de nosotros” se los educa para mirar despectivamente a los egresados de universidades públicas como la Nacional o la de Antioquia, y ni se diga los que exhiban en la pared diplomas de universidades de garaje de las que no requieren entrevistas ni exámenes de admisión “porque lo único que hay que pasar es la avenida circunvalar que queda al frente”. Estos no califican para entrar al club social de la ciudad, y no pregunte cuál es porque en cada ciudad a la hora de la verdad no hay sino uno porque los demás, según la élite, “son recocha”.

Tal vez la carrera en la que más se ven las diferencias sociales pregraduales es la de Medicina. Suelen las facultades insistir en que sus estudiantes desde el primer semestre usen bata blanca con el nombre bordado en el bolsillo, y se traten desde un principio de doctor por aquí y doctor por allá. Se trata de enseñarlos a que se den su posición y toque de distinción, y de lavarles el cerebro para que se acostumbren a saber que ellos no son iguales a los demás, y que los pacientes no pasan de estar en la categoría de “hijos de vecino”. Esto que digo lo digo en términos generales, porque tengo varios parientes y amigos que son médicos pero cuyo comportamiento corresponde al de la excepción que confirma la regla porque su sencillez de trato se sale del molde preestablecido.

Uno de ellos es el médico ginecobstetra, profesor universitario, Emilio Alberto Restrepo Baena. Ustedes lo conocen porque ya les he dicho que él es escritor y en los ratos libres que le deja el ejercicio de la medicina se mueve en círculos de libros y de intelectualidad. Pero no crean, por esto, que se da aires de intelectual. Todo lo contrario. Él toma las cosas de manera natural sin hacer alardes. Por esto, y mucho más, se ha ganado mi aprecio.

Acabo de recibir uno más de los videos que él está grabando en el canal local de televisión del municipio de Don Matías, y esta vez da otra zarandeada a algunos colegas de los que se creen bajados del ombligo del Espíritu Santo. Simpática la alocución del querido amigo que, naturalmente, comparto con ustedes.

Abrazos,

ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)
--------------------------------------------------

No comments:

Post a Comment