A propósito de la publicación del libro Gambito de rey aceptado, de nuestro amigo y coordinador del taller literario de ASMEDAS, se publicó esta reseña en la página de Librosyletras.com, con una amplia difusión. Veamos:
Abril 27 de 2012
Gambito de rey aceptado
Por: Emilio Alberto Restrepo/ Gineco-obstetra, miembro del Taller Literario de Asmedas.
En esta Feria del Libro, fue presentado este libro, la más reciente novela de Luis Fernando Macías. Esta obra está publicada en la colección de Novela Negra de Ediciones B. Es la primera incursión de Macías en el género, pues antes lo había hecho en novela, poesía, ensayo, cuento corto y en pedagogía y en teoría de Taller Literario. En este último es considerado uno de las mas destacados expertos a nivel nacional por su vinculación con la red RELATA.
La novela se la juega a fondo explorando interesantes posibilidades de lenguaje, con las reglas del policial. Tiene todos los elementos de la Novela Negra. Respeta sus mandamientos, a pesar de que se atreve a experimentar con ellos, en un juego en que no muchos autores tienen éxito.
Esta novela marca una diferencia con todo lo que he leído del género, por cosas osadas, que no son comunes en él:
El lenguaje poético, incluso el atreverse a citar poesía, sin dejar caer el ritmo ni el interés. Es una rareza encontrar este tipo de lenguaje en el género; por el contrario, uno diría que está proscrita, en función de uno más duro, descarnado, frío y eficaz.
La profundización sicológica de los personajes, incluso tomando elementos narrativos que son puro sicoanálisis; lo habitual es la narración de hechos y de historias, con poco espacio para explorar el mundo interior. Lo importante es lo externo, usualmente en un entorno urbano.
Atreverse a la narración onírica en muchos apartes de la narración.
Atreverse a utilizar un protagonista-narrador atípico que no es héroe, es cobarde, es intelectual, piensa y habla más de lo que hace. Todo lo contrario al estereotipo convencional que se usa casi como un molde novela tras novela.
El interés del escritor por nunca perder el refinamiento literario (que en muchos autores del género es dejado en segundo plano en función de la historia, de la anécdota, muchas veces dejándose notar un gran descuido). En Macías se nota la búsqueda, la lucha con las palabras, el filtro auto-impuesto que frase tras frase logra una narración impecable. Pese a ello, no se notan artificios y el resultado se siente natural y fluido.
Incluir el amor y el romance en la historia como un elemento fundamental de ella. Muchos teóricos dicen que este tópico no encaja en el género, que lo amoroso podría dulcificar la historia central, que debe ser dura, precisa, cortante, sin debilidades ni amaneramientos.
Es claro que lo anterior no sacrifica ni la historia, ni el ritmo, ni el entretenimiento ni el interés del lector (fundamentales en lo negro) y el autor sale indemne, con éxito, de un experimento asumido con todo riesgo. Lo más interesante, es que sale adelante y logra su cometido.
Es un libro muy recomendado que le da unos nuevo aires a un género que no han trabajado mucho nuestros autores, a pesar de vivir rodeados de historias que lo podrían alimentar constantemente.
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