El patán nuestro de cada día
Todos los días tenemos
que sufrirlo de nuevo: una vez más, un patán de alta sociedad arma un nuevo escándalo. ¡Otro
gomelo más haciendo de las suyas!!! Estamos rodeados de esa peste, una clase
bastarda y parásita que es una vergüenza para la sociedad, los Nicolás Gaviria,
los Salamanca, los Manzanera y toda esa caterva de inútiles, ese etcétera que
nos indigna y nos oprime el espíritu.
Ya un profesor me lo había contado: hace más de treinta
años, cuando era trovador profesional y era contratado para fiestas de la dirigencia política local en las
fincas del Oriente, un jovencito
enloqueció a la concurrencia con su triciclo de motor (un antepasado del
detestable cuatrimotor, juguetico de la más pura estirpe traquetoide), pasaba
por encima, atropellaba, y molestaba a la concurrencia sin importarle nada, sin
consideración y bajo la mirada complacida de su padre, quien había sido alcalde,
senador, gobernador y presidente del partido. Nadie le podía decir nada al
malcriado, por el contrario le celebraban todo a las carcajadas. Pues bien, el
pelafustán, años más tarde se convertiría, con el apoyo y la complacencia de su
amantísimo progenitor, en el gerente de la constructora que años más tarde
vería caer una torre de edificios (con muertos, heridos y damnificados)y dejar
en la calle a cientos de propietarios en uno de los episodios más sentidos,
indolentes y egoístas de la ingeniería nacional. Nunca un acto de ambición y avaricia
dignas del peor capitalismo salvaje había afectado a tanta gente y herido en lo más profundo el corazón de la opinión
pública. Y el tipo ahí, sin importarle nada bajo su coraza de “chico bien” que
lo protegía de todo lo que implicara sensibilidad, dolor o responsabilidad
pública. Esas eran cosas que no iban con él. Ni más faltaba.
Y detrás de todo había un mequetrefe sin entrañas al que no
le importaba nada. Y no estaba solo, a su lado había cientos como él, producto de
una generación zombie , hijo de una ralea que los crió sin valores, sin respeto,
bajo la égida de una megalomanía de clase que les hacía pensar que todo se lo
merecían, que su palabra era la ley, que todo a su alrededor valía poco menos
que nada.
Y son legión. Inundan las universidades privadas, los
gimnasios, los centros comerciales, las zonas rosa. Se toman las calles de las
ciudades para sus competencias de carros de gama alta y motos de alto
cilindraje. No importa de nadie duerma, que el tráfico se paralice, que haya
atropellados e incluso muertos. No hay problema, el coronel amigo cuadra el
asunto, el general copropietario del edificio arregla todo con una llamada. Y,
ay del periodista de denuncie, del vecino que se queje, del agente de tránsito
que haga un comparendo: amenazas, traslados y hasta insubsistencias, papi no
puede permitir que alguien vulnere la voluntad del niño, o sea, de malas
marica, esfúmate de aquí, indio patirrajado, resentido social, manteco, fuchi
qué asco, marica…
Y al otro día que el otro agarró un perro a balazos en un acto de intolerancia, o que dos o tres muertos y un inválido por la borrachera
del niño, la madre solícita a
protegerlo, los abogados más prestantes y costosos a sacarlo de una, a
resguardarlo de la chusma de las inspecciones para poderlo mandar rápido para
Miami, no importa que haya muertos de por medio, que el carro era diplomático
sacado sin permiso o de dotación oficial
y usado para menesteres que normalmente se hacen en moteles, no importa, usted
no sabe quién soy yo, usted no sabe con quién se está metiendo y el papi
magistrado llama y de nuevo hasta el próximo “juernes” de rumba, no jodan
tanto, negros cismáticos y resentidos, respeten a la gente bien, no sean
igualados…
Y al fin de semana siguiente un nuevo escándalo, un nuevo
muerto por celos en la pelea de los “pelaos popis”, el cadáver se pierde y a
las horas aparece y nada pasa, los abogados de papi se encargan de todo, y el
chico que todos saben culpable con su mejor sonrisa de hiena va a la fiscalía a
sabiendas que en pocas horas estará en su apartamento del norte, una nueva
estafa financiera de cuello blanco del más alto nivel, un nuevo desfalco de
estrato seis, los hijos del presidente
seguirán aprovechando hasta volverse obscenamente
ricos y el otro plagia la tesis de grado y se gradúa impunemente y el otro usa
el helicóptero artillado de las fuerzas armadas para irse de rumba con sus
cuates y el otro saldrá del país mientras denuncian persecución política y el
abogado de postín declarará que la ética no tiene que ver con el derecho y mil sandeces
más que nos aturde hasta la náusea…
Es una generación de comportamiento indignante. De nada les
ha servido su educación privilegiada. Parece que formación sin valores
familiares no pega, ellos lo demuestran. Solo les interesa la moda, las
posturas, la apariencia, el consumo, la marca, los festines, las relaciones, la
figuración en páginas sociales del “jet set” criollo. Lo demás es desechable,
los principios, deleznables, las normas prescindibles. Se burlan de la ley con
una irreverencia irritante. Pero ya la gente respetable va perdiendo la
paciencia, ya les vamos perdiendo el miedo y ya empezamos a denunciar, la
prensa a exhibir, las autoridades a cuestionar. Esa peste no puede durar otros
cien años, no hay cuerpo social que lo resista.
Essos artículos lo único que persiguen es acrecentar el odio de clases, la polarización del país, ¿Cuál es la razón de estigmatizar el todo por la parte?
ReplyDelete¿Acaso todos los ricos u oligarcas son bandidos? ¿O es que los pobres son todos angelitos por serlo?
Bastante enferma está la sociedad para seguir con una epidemia de odio y segregación
Nuestra tierra de eso es lo que da... Y sale de todas las clases sociales
Usted no ha entendido el artículo caballero, por favor vuelva a leerlo
Deleteno es esto lo que se esta queriendo enfatizar... es la manipulacion de quienes por tener un puesto politico o un alto cargo ...(adinerados) no les toca, ni les roza la "justicia".
ReplyDeleteporque vaya si se llegaran a robar 2 kilitos de arroz o de carne, ahi si que les cae el peso de la justicia.
Cualquier presencia de violencia es INTOLERABLE en cualquier estado, situacion o lugar.
100% de acuerdo con Nancy! Mateus, no se olvide que siempre hay por debajo de uno, pero también siempre habrá por encima, que no le toque el día de mañana a usted o a los suyos y este en desventaja...
ReplyDeleteGracias, que buen artìculo
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