A
PROPOSITO DE GARDEAZABAL Y SUS POLEMICAS, le transmití a un amigo un correo, y
me respondió esto, enfurecido, poseído de una ira jupiterina y empalagado de una dudosa ironía, a más que -en mi criterio-, una respuesta descalificadora y prejuiciada :
“Hola mi queridísimo
moscorrofio:
De este HP gardeazabal
no quiero saber nada. PARACO HP.
Parece que te encanta
esta escoria. ¿O qué?”
Está
en todo su derecho, pero debo decir algo. Hablando de Gardeazabal (que no es perita en dulce pero sí un personaje muy notorio), lo de
paraco, no lo tengo claro, fue condenado por una encerrona que la oligarquía y
la traqueta valluna le hicieron cuando entendió el peligro de su potencial
electoral. O sea, el capitalismo salvaje contra la inteligencia, algo común en
nuestra historia política. Lo de HP y lo de escoria, no sé, me late que es una
apreciación personal de profundos tintes homofóbicos que respeto, pero que no
comparto. Pero el tipo es interesante, en todo se ha destacado por encima del
promedio y la medianía: un escritor de quilates, trayectoria, producción
disciplinada y ventas; un político notable(grandísimo elector y ejecutor), un
reo ejemplar, muy digno (en una tierra de presos indignos delatores y arrodillados), un periodista exitoso y acatado, un gurú súper dateado, lleno de información e influencia(casi
un oráculo, dirían sus adeptos cuando amigos y enemigos le hacen fila para escuchar sus consejos encerrado en su finca), un polemista elocuente, documentado y frentero, todo un personajón ante la opinión pública y
hasta como marica es destacadísimo.
Nunca se ha callado cuando cree que debe decir algo y lo hace bien, dialéctico, de frente, con gran precisión conceptual y apuntalado en una inteligencia rápida y feroz. No se resigna, no se acomoda y siempre está generando ideas, verbales o escritas.
Este fue el artículo que escribió cuando el
nuevo director, Gustavo Gómez, lo echó de La Luciernaga, al parecer acatando órdenes del alto gobierno y de las directivas del canal Caracol(las que nunca dejó que le impusieran el anterior director Hernán Peláez):
MACHISMO
Y MILITARISMO / ARIETE
"ESTE
MARTES, POR PRIMERA VEZ EN 9 AÑOS, NO ESTARÉ EN LA LUCIÉRNAGA".
Este
martes, por primera vez en 9 años, no estaré en La Luciérnaga. Debo admitir que
los miles y miles de lectores y oyentes no se pueden imaginar cuanto gocé haciendo ese programa.
Defendí
al Procurador contra el criterio de mis
amigos de la cofradía gay. Ataqué al Mindefensa por ser más un modelito de
Arturo Calle que un ministro. Defendí la reelección de Santos porque me pareció
una equivocación de Uribe precipitar a Oscar Iván. Pero también defendí a
Uribe cuando todos resolvieron atacarlo
olvidándose que cambió a este país. Hablé por los 4 millones de cuenta
habientes de Bancolombia y señalé el contubernio de la policía y las bacrim.
Todo
eso lo pude hacer porque Peláez y las directivas de Caracol me dieron la más
absoluta libertad de expresión. Nunca fui censurado o reprendido.
La
determinación de sacarme es respetable
así los millones de oyentes de La Luciérnaga la vean como una mordaza.
Lo
maluco es que Gustavo Gómez, el nuevo director, en un acto de machismo y
militarismo trasnochado la ha emprendido contra mí descalificándome para
calmar la abrumadora reacción de la
opinión nacional por mi echada y con sorna repudia el estilo de periodismo que
ejerzo y que me permite escribir esta
columna.
Allá
él que no acepta la inteligencia de los maricas para trabajar en bien del país.
Yo,
que nunca he negado mi condición, me siento con los cojones que él no tuvo para
decirme en la cara todo lo que afirma de mí ahora y desde aquí, o desde donde
sea, no vacilaré en salir en defensa de ese país del que nadie habla.
GUSTAVO
ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
@eljodario
/ eljodario@gmail.com
Miren
el artículo que un intelectual analítico como Luis F Macías escribió sobre el
tipo. En mi opinión, GAG es alguien merecedor de mi respeto.
Acerca
de Gardeazabal
Prólogo
del libro LA BOBA Y EL BUDA, publicado en la colección Palabras Rodantes de El
Metro de Medellín y Comfama
El
destino, que a veces se manifiesta como un dios caprichoso al que no podemos
entender, quiso que Gustavo Álvarez Gardeazábal gozara de múltiples
posibilidades para convertirse en un líder político, un hábil comunicador o un gran
escritor. La existencia es así, nos otorga sus dones y, con ellos, el látigo
que a cada uno corresponde. En un principio pudo ser un escritor de los mayores,
pues a la edad de 26 años publicó Cóndores
no entierran todos los días, una de las grandes novelas de nuestra literatura,
emblema de la literatura de violencia, síntesis de la condición de gran parte
de los colombianos que oficiamos de pájaros, sicarios o bandidos; y después, a
los 27, había publicado La boba y el buda,
una pequeña obra maestra.
Para
continuar por este sendero, que ya estaba a sus pies, debía concentrarse en su
propia formación y en la evolución de sí mismo, por medio del estudio profundo
de eso que somos los seres humanos, para lo que había sido dotado con la
capacidad de observación y de síntesis necesarias. No lo hizo así, más bien
aprovechó el renombre alcanzado para iniciar un nuevo escenario, el de la
política. El tiempo que debía haber destinado a la reflexión y a la búsqueda en
el fondo de sí lo dedicó a las reuniones, a los discursos ante las masas y a
las campañas electorales. También allí brilló como un meteoro y fue elegido concejal,
diputado, primer alcalde popular de su pueblo y gobernador de su departamento,
en este caso por mayoría aplastante… Pero he aquí que 20 años después de haber
iniciado esta carrera sufrió la muerte política: fue acusado, condenado y
encarcelado; es decir, lo devolvieron al silencio. Otros dispusieron las
argucias para llevarlo allí, pero le sucedió lo que su propia inteligencia ya
había advertido, pues el látigo de sus dones asumía la forma de su propia
vanidad, que tan bella e inocentemente reconocía como el hombre franco que es.
Emergió
entonces desde el silencio en La
luciérnaga de Caracol, con una audiencia millonaria y cotidiana a la que le
habla con su voz firme y su estilo temerario y desenfadado, para brillar de
nuevo como comunicador: ágil, agudo, frentero y lleno de secretos, que sabe muy
bien cuándo sí y cuándo no lanzar al aire.
De
Gustavo Álvarez Gardeazábal podríamos decir lo que un día Porfirio Barba Jacob
cantara de sí mismo: /De simas no
sondadas subía a las estrellas… o /Un
gran dolor incógnito vibraba por su acento…
Interesante
este Gardeazábal, en él, un político obliteró al escritor; pero la suspensión
del político hizo posible al comunicador. Tal vez el éxito del periodista, bien
asimilado, nos devuelva al escritor que es si cava hondo como ya lo había hecho
en el pasado, cuando fue el autor de La
boba y el buda, una obra que, como es habitual entre nosotros, no se valora
en lo que tiene: revelación de la condición humana, dolor de ser de esa
condición y poesía, desgarrada y bella poesía.
A
pesar de ser una novela muy breve (la brevedad es uno de sus logros), por medio
de un narrador que ya está muerto, recrea la atmósfera de la decadencia que
corresponde a un modo de ser de Colombia en la política, en la familia, en la
religión y en la intimidad sexual de los personajes, quienes se erigen como
símbolos de una sociedad que mantiene enterrado el instrumento de la culpa;
pero que con la muerte de “la tara” ya se va a destapar…
Sirviéndose
de un lenguaje directo y certero, redondo como los vocablos que utiliza,
Gardeazábal configura la imagen de una Tuluá mítica y mágica, donde lo
grotesco, lo pintoresco y lo desmesurado son los instrumentos de la poesía, en
tanto que la poesía es el instrumento de la revelación.
Luis
Fernando Macías
Agosto
de 2014
Gardeazabal responde:
Gardeazabal responde:
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muchas gracias por tanta generosidad,lo estoy colgando en mi tuitery lo enviaré a muchos amigos....y enemigos como moscorrofio,el que ha confundido maricos con paracos
saludos
gardeazabal
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15 ene.
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Gracias Señor Restrepo, por compartirnos su artículo y blog.
Qué diferencia se aprecia en el manejo del idioma y la moderación para exponer una opinión o desacuerdo, manifiesta en la grosera alusión que hace su interlocutor frente a la mesura de su respuesta.
Saludos,
Ester Goeta S.
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15 ene.
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Hola Maestro: El amigo era nada más y nada menos, que el hoy Gran Colombiano. El único que nunca abandonó a Álvarez Gardeazábal durante su tragedia y quien también se ha distinguido por su calidad como persona, amigo y gran nobleza. Lo traigo a colación, debido al “encierro” que en su momento sufrió el gran escritor.
Con ese joven amigo realmente han pasado muchas cosas interesantes y positivas, pero la mejor parte la ha llevado Colombia, ya que es lo mejor que hemos tenido y que nos ha pasado… J
Saludos,
Juanfer
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14 ene.
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Acuso recibo y mil gracias por compartirme toda esta volquetada de cosas interesantes, que guardo para masticar con calma y tiempo.
“Cuando la encerrona de Álvarez Gardeazábal allá en el Valle y años han pasado y que lo dejó en declive y muy sólo dado que sus amigos -lo abandonaron y lo dejaron a la deriva-, se dice, se cuenta, se comenta, se manifiesta, rueda el rumor…que la única persona que nunca lo olvidó ni le dio la espalda fue un brillante y exitoso joven antioqueño para más señas, que hacía una gran carrera política, mostrando unas capacidades excepcionales, una inteligencia nunca vista y un amor por Antioquia y por Colombia como pocos lo tienen (o tenemos)…
Ese joven político de gran futuro, nunca se olvidó del gran escritor caído en desgracia y llegó a visitar a Gardeazábal en su encierro, e inclusive se dice que llegó a fletar un avión, para su desplazamiento al Valle del Cauca a visitar a su amigo autor de Cóndores no entierran todos los días…” .
Ignoro si esto es cierto o no y nada me consta; pero si es mentira es mucha gracia y ya Álvarez Gardeazabal les contará a quién me refiero y ustedes lo sospecharán…ya que a ese joven, quien además es noble y buen amigo, lo hicieron y botaron el molde…Caso único en Colombia y difícilmente repetible…
Cordial saludo y gracias,
JUANFER cco
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14 ene.
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Estimado y respetable Doctor Emilio Restrepo Bahena, excelente no se puede decir más de su escrito sobre Álvarez Gardeazabal, que como usted mismo dice "No es una perita en dulce", pero lo que si es, así le duela a muchos, un intelectual de altos quilates. Podemos no estar de acuerdo con algunas posiciones del escritor Gardeazabal, pero que es inteligente y frentero, no se le puede negar y para poderlo rebatir hay que pensar mucho.
Lastimosamente en Colombia, queremos arrasar con quienes piensan diferente, sin importar su altura intelectual, ya pasó en Medellin con Héctor Abab Gómez, en Barranquilla con el profesor Correa de Andreis y en Bogotá con Jaime Garzón.
Lo felicito por tan excelente blog, que no conocía y gracias por compartirlo.
Hasta Pronto.
Jaime Suarez C.
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16 ene.
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Las respuestas rápidas, sin calificativos excluyentes o en su defecto, incluyentes; dotadas de mediocridad y falsas apreciaciones, son comunes en nuestro medio. La incapacidad para confrontar, para ir más allá y avanzar, nos permite ver detrás de las palabras, arquetipos de la cultura, a un hombre decadente, siniestro o pérfido que no puede dar más de lo que no tiene.
Calificar a Gardeazabal de esa manera, amordazarlo y por ende dejar en olvido el gran aporte literario, universalmente reconocido, es dar puntadas de ciego sobre un pentagrama de miseria. Gardeazabal ha brillado con luz propia y su legado cultural, independientemente de sus ideas, debe servir de faro en la tormenta para las presentes y futuras generaciones.
Al escritor y literato un gran reconocimiento…al político, que las masas, los que lo eligieron lo juzguen, pero no por ello, se debe hablar de él de esa forma. Es una lumbrera literaria y como tal merece el respeto y la admiración de todos los que nos entregamos día a día por hacer de la literatura la más poderosa arma de edificación, la única que puede mover a un país desde sus cimientos.
Gracias Emilio por compartirme el artículo. Excelente tu blog.
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