Friday, August 22, 2008

¿QUÉ TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR? ¡MAMOLA!

¿QUÉ TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR? ¡MAMOLA!
Emilio Alberto Restrepo Baena


Mientras más viejo estoy, menos estoy de acuerdo con el manido adagio que dice que todo tiempo pasado fue mejor.

Es cierto que los tiempos modernos han sacrificado ciertos valores, que lo urgente no deja tiempo para lo importante, que la carrera loca, que el estrés, que la comida chatarra y mil etcéteras más. Pero violencia, corrupción, maldad, políticos aprovechados, curas abusivos, tiranos déspotas han existido desde siempre y se repetirán una y otra vez. Es la historia natural de la humanidad.

Pero estoy impresionado con las mil y una posibilidades que nos brinda la era moderna. No salgo de un asombro para caer en otro más impactante. Hagamos un pequeño recorderis.

Cuando estaba estudiando y haciendo los posgrados, la búsqueda de bibliografía era un verdadero martirio. Había que inscribirse, pagar una búsqueda, esperar varios días para obtener copia -en ocasiones tan sólo resúmenes- del artículo que necesitábamos. A veces en idiomas que no éramos capaces de traducir. Hoy, con un click, tenemos en segundos el tema que necesitamos, de números de revistas que aún no han visto la luz. Si no tengo la clave parra acceder a un texto completo, cualquier estudiante me la consigue. El traductor automático me lo facilita en mi idioma. Gratis, inmediato, actualizado. Las revistas científicas en papel son parte del pasado. Y lo mismo para leer periódicos o revistas de actualidad, la que se me ocurra , de cualquier parte del mundo.

Las películas que me soñé, las que añoraba por mis lecturas o por referencias de terceros y que nunca pude ver dada las dificultades de distribución en mi país, hoy las tengo al alcance de mi mano con sólo desearlas. Ya la colección completa de Dimensión desconocida, de Chaplin, de Buster Keaton, de Kurosawa, de Stanley Kubrick o de Hitchock se consigue gratis en las páginas de Internet dispuestas para tal efecto. Nada es misterioso, nada es oculto, todo está en alguna parte, si uno no sabe, un amigo le ayuda y podemos hacer la cinemateca de nuestros anhelos sin que ningún expertico criollo se haga el preciso o se crea poseedor de la verdad revelada. Le estoy dando un banquete a mi espíritu. Y en los buscadores investigo sobre el autor, su vida y su obra y la información es ilimitada.

Y en música ni se diga. Todo se consigue. La canción o el intérprete que yo deseo volver a escuchar, está en algún sitio de la red. Estoy gozándome canciones que no escuchaba desde niño, tengo ya las colecciones completas de artistas que antes me estaban negados por egoísmos, escasez o comercialización. ¿Cuando había pensado tener la colección completa de Bob Dylan, de David Bowie, de Camilo Sesto o de Serrat sin depender de nadie? Estoy dándome gusto en forma con todos los temas y géneros que siempre quise tener y por uno u otro motivo no lograba conseguir.

¿Y qué les parece la locura del youtube.com?. Artistas que toda la vida deseé ver cantando para mí, hoy los tengo para mi disfrute. Cosas que ni sabía que existían, en videos de la época, se consiguen en segundos. Hacía tiempos no me emocionaba tanto redescubriendo temas que tenía en mi memoria desde la infancia, los grandes baladistas, los héroes del rock en sus versiones originales, en un primitivismo encantador. Los chismes, las entrevistas, los grandes hitos históricos filmados están allí, sin límite, al momento que se necesitan. Ya no paga ni comprar colecciones de música en DVD. Youtube hizo de eso un gasto innecesario.

Y las colecciones de libros. El que quiera, el que no se consigue en librerías, ya está en alguna de las páginas especializadas. Ingrese al Aleph.com o a cualquiera de los muchos que hay y pregunte por lo que no vea. La colección completa de Borges, de Cortazar, de Agatha Cristie, de Sherlock Holmes, cosas que no se consiguen en el mercado, se bajan en minutos. Lo mismo los libros técnicos y especializados. ¿Qué muy cansador leer en el computador? Muy sencillo, se imprimen por un ínfimo costo en otro invento maravilloso de la época, la fotocopiadora, y se empasta por un valor mínimo. Arme la biblioteca que quiera. Cuando me piden libros prestados, yo mismo se lo regalo al amigo grabado en esa creación fantástica que son los discos compactos grabables y así no pierdo ni el libro ni el amigo y todos quedamos felices. Lo mismo cuando me piden prestado un CD de un artista favorito o hasta una película. Tenemos ya redes de intercambio.

Cuando tengo que preparar una clase o una conferencia y estoy sobre el tiempo, simplemente ingreso a Google.com , anoto el tema y la sigla pps. Y me aparecen cientos de recursos gráficos organizados y listos para el uso inmediato. Antes me demoraba más de ocho días preparando mis ayudas audiovisuales y ahora lo hago en poco menos de una o dos horas. Adiós a los proyectores de diapositivas, a los papelógrafos a los marcadores, a las carteleras, a los acetatos, al retroproyector. ¡Viva el portátil, el videobeam , el señalizador de láser, el Power point!. Y no tengo que cargar un mamotreto con mi material. Lo almaceno en un aparatito de pocos gramos, más pequeño que un encendedor, lo conecto al computador del sitio a donde voy y ahí están todos mis archivos, mis conferencias, mis escritos, fotos, chistes, todo lo que yo quiera llevar. ¡Definitivamente la memoria USB si es una verdadera redención, se demoraron mucho en inventarla.!

Y ni que decir del computador y su procesador de textos; borra, corrige, guarda, intercambia párrafos, corrige ortografía. No entiende uno cómo hacían los escritores de hace veinte años para atrás, para escribir sus grandes obras a punta de papel, pluma, lapicero, tachones y pesadas máquinas de escribir. Eran unos portentos, pero hoy es todo mucho más amigable y eficaz.

Y que opinan de esa joya del I Pod y su capacidad de almacenar música y llevarla a todas partes en el bolsillo, instalarla en unos amplificadores del tamaño de una cajetilla de cigarrillos para que suene perfectamente nítida al volumen que uno desee en el sitio que sea. Y pida lo que quiera, pues uno de 160 gb guarda hasta 40.000 canciones, o videos, o películas, o audiolibros para uno escuchar mientras conduce o mientras hace ejercicio o mientras espera algún trámite o va en el metro.

Y las cámaras digitales y sus miles de fotos para uno gastar sin medirse y después escoger e imprimir las que le provoque, sin botar material, ni gastar rollo, sin que se velen o se deterioren y poder mandárselas al que uno quiera en cualquier parte del mundo, sin costo, por ese portento que es el correo electrónico. Qué pesar de las cartas y el correo convencional, pero el e mail ha revivido el gusto por la correspondencia, las distancias se acortaron, la eficacia se aumentó. Se puede hasta conversar a larga distancia por este medio, gratis, en tiempo real, sin límite. Uno se sienta con un escritor o un investigador de otro país y arma una conferencia para resolver un problema, ultimar unos detalles de una publicación o simplemente para intercambiar impresiones.

Y el teléfono celular y las cámaras del computador y la tarjeta de crédito y los domicilios de lo que uno quiera y las compras por Internet en cualquier sitio del mundo y los viajes interoceánicos a precios módicos.

Todo ello era impensable en nuestra infancia, a nuestros padres nunca les tocó. Es claro que se presentan problemas, efectos secundarios, abusos, pero no todo puede ser perfecto. Es más lo bueno que lo malo, es un privilegio tener la oportunidad de vivir y disfrutar de las cosas del presente. Va más allá del esnobismo, es disfrute, es calidad de vida, es aprovechamiento del tiempo, de las cosas buenas de la vida y alimentadoras del espíritu.

Gracias Dios mío por permitirme vivir y disfrutar de la modernidad y sus avances maravillosos. Dadme por favor salud y vida para disfrutarlo con mi familia y mis amigos. Gracias por el placer, gracias por los sentidos, preservadnos de los abusos y la maldad que se pueda generar del progreso. Dadme buen criterio y sensatez para sacarles todo el jugo posible.